Rocío Arrabal le ha dado un vuelco a la situación del PSOE en Algeciras. Su victoria clara ante Juan Lozano en la pugna por el liderazgo del partido a nivel local supone un cambio de rumbo que la exconcejala y exparlamentaria andaluza pretende que suponga abrir más la Casa del Pueblo a la militancia y preocuparse de los problemas reales de la ciudadanía. Si bien aún no tiene claro que vaya a ser la candidata a la Alcaldía, al menos tiene clara una cosa: que el modelo de ciudad que plantea Landaluce ya está agotado
Para Arrabal, se hizo verdad el dicho de “a la tercera va la vencida”. Tras dos derrotas anteriores ante Juan Lozano, el cambio de rumbo en el PSOE provincial, con Ruiz Boix desbancando a Irene García, y el apoyo de la facción de Isabel Beneroso en el PSOE local le han aupado hacia el liderazgo de los socialistas algecireños.
La votación en la asamblea local del pasado 12 de febrero le dio la victoria ampliamente ante Lozano. ¿A qué se debe?
–La verdad es que yo no era el aparato, en este caso. A lo largo de la campaña, se podía palpar en la militancia la necesidad de cambio, de renovar el órgano local, al igual que en el provincial y en el regional. No me cansaré de agradecer, porque es la victoria de todos los militantes, con más de un 80% de participación.
¿Y con usted qué cambia?
–Entendemos que es necesario que la Casa del Pueblo tenga un funcionamiento más dinámico con la militancia, y luego poder salir a la calle y trasladárselo al ciudadano. Ayer tuvimos la primera reunión de la ejecutiva. Cada secretaría tendrá que hacer un equipo de trabajo con los militantes, elegidos por su profesión o por la formación que tengan, para conformar una serie de programas que podamos trasladar a los distintos puntos de la ciudad donde vamos a llegar.
¿Qué se estaba haciendo mal para que Landaluce lleve once años gobernando?
–No es tanto qué es lo que se está haciendo mal. La oposición tiene que ser contundente, tiene que ser constructiva, y el ciudadano tiene que ver en nosotros esa alternativa al gobierno de la derecha. Eso hay que reforzarlo.
¿Y qué está haciendo mal Landaluce?
–Entendemos que el PP tiene ya el desgaste de haber gobernado durante todos estos años. Sobre todo veo agotado a Landaluce. Lo veo sin proyecto, dándole patadas a los problemas y no afrontándolos. El día a día nos deja ver cómo están las barriadas, como están los contenedores, los parques, los jardines, cómo están las aceras...Hay una desgana y eso se traduce que la ciudad está muy abandonada. Entendemos que hace falta un proyecto de ciudad. Y hace falta exclusividad. Necesitamos un alcalde con una dedicación plena. El PP vende las políticas sociales con gruesos números porque ahí se suma lo de otras administraciones, pero luego si tú vas a pie de calle hay ciudadanos que lo están pasando realmente mal, que no tienen en las puertas del Ayuntamiento una solución.
¿Cómo se revierte la deuda?
–Tendremos que abordar la situación económica y hacer un plan para que los proveedores cobren en tiempo y forma. Es lo que exige la Ley. No tiene programación.
¿Por qué ocurre esto? ¿Tiene solución eso o todos los ayuntamientos están como Algeciras?
¿Le ha llamado el alcalde para felicitarle?
–Me ha puesto un mensaje de enhorabuena. Se lo agradecí.
¿Y Lozano?
–Juan Lozano lo hizo aquí, antes de irnos, tras saberse los resultados.
¿Le sigue teniendo la mano?
–Claro que sí. No hubo posibilidad de esa integración antes de las votaciones y al final fuimos dos listas, pero todos vamos a trabajar juntos. Todos somos necesarios y aquí no sobra nadie.
¿Qué va a cambiar en el grupo municipal?
–El compañero Jesús Pascual presentó su renuncia como concejal, porque por una situación personal le es imposible compaginar las dos cosas. Y tenemos al secretario de organización de la nueva ejecutiva, Fran Fernández. Jesús se iba a marchar de todas maneras. La intención es trabajar con todos los compañeros y que todos aporten su granito de arena.
En los últimos años, ha quedado claro que hay tres facciones en el PSOE
algecireño. ¿Seguirá siendo eso un hándicap?
–En el partido, cada uno entiendo que ve la posibilidad de que tenga un secretario general o una secretaria general, Eso es legítimo. Es normal que exista. El sábado, las urnas hablaron. La mayoría de la militancia optó por la candidatura nuestra y ahí entiendo que ya no hay más reflexión. Ahora todos juntos vamos a caminar con el proyecto que está en marcha. Realmente, nuestro enemigo está en frente y es la derecha.
¿Entonces ve ya a Landaluce como rival para la Alcaldía?
–Es algo que todavía ni siquiera nos hemos planteado. Como tenemos más de 50.000 habitantes, el proceso requiere de unas primarias. Entiendo que hemos conformado un equipo muy competente y muy comprometido con las siglas y que, cuando llegue el momento, veremos de todo ese equipo quién es el que puede afrontarlo con más garantías.
Usted y Beneroso apoyaron a Boix en la Secretaría Provincial. ¿Le ha beneficiado?
–Lo que nos dio la victoria es la posibilidad de hacer un proyecto conjunto en el que ha confluido mucha gente. Al final, los órganos superiores tienen su renovación antes y luego los inferiores. La democracia interna la respetamos todos y hay que trabajar con el que ha obtenido la victoria. Que hay buena relación, buen entendimiento, pues claro que sí.
¿Qué trato recibe Algeciras de las distintas administraciones?
–El PSOE ha atajado muchos de los problemas de esta comarca, y eso es una realidad, se quiera ver o no se quiera ver. Y en cuanto a la Junta, podemos hablar de la Sanidad. No es que estuviera todo bien, pero es que ahora está peor. Y en cuanto a infraestructuras...Juanma Moreno estuvo aquí, y el proyecto del Llano Amarillo son fondos ITI, y eso es Susana Díaz, no es algo que Moreno Bonilla nos haya llevado. Poquito ha aportado en tres años que lleva gobernando.
¿Cómo ve Algeciras gobernada por el PSOE?
–Le veo ahora muchas carencias. Las barriadas están muy abandonadas. Y los jóvenes no tienen qué hacer ni a dónde ir. Veo el centro vacío, con un gran problema con el comercio, que prácticamente ya no existe en el centro. En el futuro, veo a una ciudad donde los servicios sociales estén a pleno rendimiento. Yo quiero una ciudad más agradable, más habitable, que cuando llegue un fin de semana no quiera irse la gente a otros sitios.