1.200 nuevos contratos, de los que 125 serán para operarios de la bolsa de peones para turnos de tarde en Lipasam, rebajas del 30% en los bonos y tarjetas de Tussam, cien fuentes nuevas e inversiones en parques y jardines, absentismo escolar o para startup fueron los anuncios que realizó el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, para el mes de septiembre en el Debate del estado de la ciudad, del que se llevó el apoyo unánime a Ley de Capitalidad para Sevilla y el respaldo mayoritario al decálogo de infraestructuras estratégicas, que la oposición se encargó de recordar que ya todos las habían demandado alguna vez, aunque Adelante se abstuvo.
El Debate del estado de la ciudad, que Muñoz recondujo al futuro con sus anuncios, incluida la reordenación mediante “concursos de ideas” de la Plaza Nueva, San Francisco y Torre de la Plata, evidenció que frente al balance “razonablemente positivo” del equipo de Gobierno, se contraponía una “visión apocalíptica” de la oposición, que haciendo uso del nuevo lema de la ciudad, recordó que además de muy desconocida también brilla por la suciedad, el caos provocado por la falta de planificación de las obras, el abandono de barrios y polígonos, la ineficiencia por mala gestión de los servicios públicos, la inseguridad y hasta el “auténtico desastre del modelo turístico” que ahuyenta la inversión.
Muñoz reprochó a la oposición que les hubiera faltado “el ataque de los zombis” y se defendió asegurando que “no nos escondemos” con el problema de la limpieza, porque siguen reforzando Lipasam y aplicando nuevos criterios de gestión e inversiones; ni con la pobreza, aunque les recordó que “necesitamos a la Junta y al Estado, porque no llegamos con un proyecto parcial en un barrio y cada cuatro años”; y se recordó como conciliador para desbloquear asuntos como la financiación del Metro o Abengoa.
Aseguró que “no hay precedentes de inversiones en barrios”, hizo un repaso por todos los proyectos desbloqueados que se han ido activando y su apuesta por la movilidad sostenible con la ampliación del tranvía, incluyendo la redacción del tramo a Santa Justa, el tranvibús, los carriles bus o los puntos de recarga eléctricos. “¿Eso es una Sevilla parada o en blanco y negro?”, preguntaba a la oposición retóricamente: “A pesar de eso, no nos conformamos y somos ambiciosos”.
Ley de Capitalidad
Sobre la Ley de la Capitalidad, que al final recabó el apoyo unánime, les reprochó que frivolizaran con la petición cuando Sevilla está reconocida como capital en el Estatuto y requiere el refrendo de una ley para conseguir más financiación y mayores competencias para ejecutarlas, destacando el “elemento diferencial” del área metropolitana, con un millón y medio de habitantes que atiende Sevilla.
El aluvión de críticas le vino a Muñoz de todos los partidos. El portavoz del PP, Juan de la Rosa, le espetó que sólo hiciera “promesas y promesas” cuando no había “ni gestión ni reivindicación” y sólo gobernaba “con titulares”, dándole un “suspenso rotundo”. Manuel Pimentel, de Cs, lo calificó como el “líder de los incumplimientos” y le reprochó que hubiera traído “la carta de los Reyes Magos”.
Desde Adelante, Daniel González Rojas, criticó que hubiera “vendido el patrimonio al mejor postor” al servicio del turismo, cuando hay “una Sevilla que no ven” y le recordó que si la izquierda no se pone de acuerdo “los monstruos aparecerán y se sentarán en esa fila”, señalando a las de la derecha. Y desde ahí, Cristina Peláez, de Vox, le reprochó la “preocupante falta de análisis, la autocomplacencia y el electoralismo” de Muñoz, al que criticó que echara “balones fuera” y que todo fuera “competencia de los demás”.
De las propuestas, además de la Capitalidad y el decálogo de infraestructuras a reclamar a Junta y Estado del PSOE, se aprobaron por mayoría las dos de Cs (mejorar la limpieza y la situación de parques empresariales) y las dos de Adelante (fortalecimiento de servicios públicos ante desigualdades y medidas ante la emergencia climática), mientras que fueron rechazadas con los votos de PSOE y Adelante las del PP (plan de choque por el abandono de la ciudad y retrasar el Plan Respira), y las de Vox (bajada de impuestos y modernización de la Policía Local).
