El Ejecutivo afgano condenó “en los términos más enérgicos posibles” el ataque aéreo, registrado anteanoche en la provincia sureña de Daykundi, e instó a la OTAN a coordinar sus acciones con las fuerzas afganas y a proceder con el “máximo cuidado” a la hora de lanzar cualquier operación.
En un duro comunicado difundido por el Palacio Presidencial, el Gabinete afgano, que en un principio había cifrado en 33 los muertos pero horas después rectificó y los situó en 27, tachó de “injustificable” la acción y advirtió de que los errores que afectan a la población son un “obstáculo mayor” para la lucha contra el terrorismo. Entre los muertos hay cuatro mujeres y un niño, además de doce heridos.
Según el relato de las autoridades afganas, la OTAN disparó la noche del domingo desde el aire contra un convoy de tres vehículos que circulaban por el distrito de Kajran con rumbo a la vecina provincia de Kandahar.
El portavoz del Ministerio del Interior, Zemarai Bashary, precisó a Efe que la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), comandada por la Alianza Atlántica, confundió a los ocupantes de los vehículos atacados con miembros de la insurgencia talibán.
La OTAN difundió ayer un comunicado en el que se limitó a admitir que “un número de individuos” sin determinar murieron y resultaron heridos durante la ofensiva aérea.
La ISAF explicó que las tropas localizaron a un grupo de presuntos insurgentes cuando se encontraban “en ruta” para lanzar un ataque contra una patrulla militar, por lo que los interceptaron y dispararon contra ellos.
“Estamos enormemente apenados por la trágica pérdida de vidas inocentes. He dejado claro a nuestras fuerzas que estamos para proteger al pueblo afgano; matar o herir involuntariamente a civiles socava su confianza en nuestra misión”, dijo el jefe de la ISAF, Stanley McChrystal.