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Ataque de los Malditos en La Guarida del Ángel

Underground Attack, un festival de gran altura, que esperemos tenga continuidad con nuevas ediciones, en Jerez de la Frontera

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UNDERGROUND: Dícese de aquellos movimientos y manifestaciones culturales o artísticas que tienen un carácter contestatario, crítico o experimental y está al margen de los circuitos comerciales habituales.

Bajo esta premisa, podríamos decir que hacer rock n’ roll en este país ya de por sí es underground. Y si me apuran, toda la historia de este bendito género musical lo es, dándole cobijo a marginados, proscritos y demás seres que se negaban a ir por los márgenes de lo establecido. Quizás, el error en su día fue convertirlo en un producto de consumo masivo más.

En la búsqueda de aquel espíritu primario nace el UNDERGROUND ATTACK FESTIVAL, un nuevo proyecto que visto lo visto el pasado lunes, día 5 de diciembre, tiene vocación de quedarse.


Aunque la climatología no acompañaba, el atractivo del cartel del festival hizo que la sala jerezana LA GUARIDA DEL ÁNGEL, presentara una gran entrada, rozando el lleno. A ello se unió el beneplácito de las bandas, que mostraron su agradecimiento a los promotores del festival, José Pot Moreno y Juan Cacheda, que consiguieron una organización de diez.

Así pues, teníamos una sala que ofrecía las comodidades necesarias para la celebración del festival, unas bandas felices por formar parte de ello y un público expectante por cómo se desarrollaría todo. Solo quedaba que empezaran a rugir las guitarras:

BOURBON

Los primeros en salir a escena fueron Bourbon, banda formada por los hermanos Raúl y Álvaro Guerrero y Juanma Gonzálvez.

El trió sanluqueño cumplió con creces con la responsabilidad de abrir la tarde, demostrando que siguen en estado de gracia permanente. A base de tocar y tocar, Bourbon ha conseguido un sonido propio que suena compacto y salvaje, como un árido día de levante y a la vez melancólico y suave, como la brisa del Guadalquivir por Doñana, haciendo gala de una coherencia máxima a la hora de conjugar distintos elementos e influencias que te llevan desde las jam bands de los setenta o los Crazy Horse más enérgicos, a la influencia lírica del rock andaluz y al salvajismo del Stoner/grunge de su juventud.

La banda hizo un repaso a su último trabajo, el extraordinario aunque ya algo lejano, “Fuente Vieja”, rescatando momentos de sus anteriores trabajos y que alcanzó su momento álgido con la celebrada “Devastación”. Además, nos presentaron un tema inédito llamado Ariel y que esperemos sea el preámbulo a un nuevo y esperado disco.

SCHIZOPHRENIC SPACERS

Creo sinceramente que estamos ante una formación a la que no le vamos a hacer justicia jamás y que cuando no tengamos la suerte de tenerlos la convertiremos en banda “de culto”, nombre que le damos a aquellos a los que no supimos darle el suficiente cariño cuando estaban en activo.

Comandados por un desbocado Sergio Martos, quizás el frontman definitivo, continuador de lujo del espíritu del añorado Kike Turmix, la banda, que completan Tete Stoner, Manuel Fernández y Alberto Belmonte, anunció a principios de verano una sorprendente gira de despedida a sus más de 20 años de vida, apenas meses después de editar su octavo disco, llamado Gloria, uno de los discos del pasado 2021.

Los Spacers realizaron un derroche de Rock n´Roll High Energy, Soul y Power Pop que pusieron a bailar a todo el público, con la ciudad de Detroit (MC5, The Stooges, Motown, Alice Cooper…) sobrevolando la sala.

La traca final, con las versiones del “Fire” de Arthur Brown y el “Rock n’ roll is dead (and we don’t care)” de The Rubinoos, fue sencillamente apoteósica.

MOHAMA SAZ

Formados de las cenizas de bandas vanagloriadas como RIP KC o Atom Rhumba, los vallecanos subían al escenario dispuestos a no hacer bajar los ánimos tras la adrenalítica actuación anterior.

Original propuesta de este grupo, al que confieso no tenía controlado y que cuentan ya con 4 trabajos en su haber, el último el celebrado “Quemar las naves” de 2020, huyendo de lo anglosajón y basando su propuesta en el sonido de un instrumento de origen turco llamado Saz, parecido a una especie de laúd pero con un mástil largo, electrificado. Influencias pues del norte de África, los Balcanes y Turquía salpicados con tintes psicodélicos para este Mediterranean Psych Rock, como ellos mismos se definen.

Canciones como “Oro Cíngaro” o “Quemar las naves” hicieron las delicias de un público entregado.

G.A.S. DRUMMERS

Ocho años se han cumplido desde que Dani Llamas, Pablo Magallanes, Rafa Camisón y Pako Moto, dieron un mítico bolo en la sala Supersonic de Cádiz, que significó un punto y aparte a una trayectoria impecable.

La banda jerezana consiguió desde su formación en 1998, llegar a casi rozar la gloria en el punk rock internacional, publicando 8 discos, girando por todo el mundo y llegando a grabar con una leyenda como Tim Armstrong de Rancid.

Con sus miembros disfrutando de proyectos paralelos que los tienen en constante movimiento, ayer volvieron a subirse juntos a un escenario en exclusiva para el Underground Attack Festival y lo hicieron de una manera especial: realizar íntegro el disco “Nevermind the Bollocks” de The Sex Pistols.

La ocasión sin duda lo merecía, los Drummers de vuelta, en casa y para hacer en directo un disco mítico, y así se entendió sin duda por parte del público y la banda.

El concierto fue una fiesta desde el principio, con la proyección de un video lleno de ironía e irreverencia punk que daba paso a la banda, por la que no ha pasado el tiempo, perfectamente cohesionados y un Dani metido a la perfección en su papel de Johnny Rotten. Los temas fueron cayendo desde el inicial “Pretty Vacant”, incluyendo una versión muy Pistol de “No Fun” de The Stooges, llevándonos al clímax final con “Anarchy in the U.K.”

Luego hubo broche final con fiesta y dj’s hasta bien entrada la madrugada dejando un extraordinario sabor de boca a los presentes y la esperanza de que esta edición del Underground Attack sea solo la primera de muchas y que por fin Jerez vuelva a tener un festival de rock de calidad. Aunque sea desde el ataque de los malditos.

Una crónica de Marcos Sánchez.

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