La convocatoria del Club de Atletismo Arcos y la Delegación municipal de Deportes cumplió las expectativas de reunir a decenas de corredores y corredoras en la décima edición de la San Silvestre, carrera trasladada este año al sábado 24 de diciembre. La avenida Miguel Mancheño, como punto de arranque, gozó de un extraordinario ambiente propiciado además por la participación de las personas disfrazadas en muchos casos. La prueba no competitiva se desarrolló con un objetivo benéfico para ayudar a las familias más necesitadas, de ahí que los participantes aportasen alimentos para Cáritas parroquial.
Los deportistas más destacados y debidamente disfrazados recibieron como premios productos navideños. Algunos, incluso, acudieron con sus mascotas para dar mayor alegría a la carrera, en la que participaron el alcalde de la ciudad, Isidoro Gambín, y el delegado municipal de Deportes, Diego Zambrano, dando ejemplo en este sentido de los hábitos saludables de vida. Entre los participantes se también se pudo ver al presidente del club, Manuel Jesús Moya, y al veterano corredor Matías Gil, que parece incombustible en este tipo de citas deportivas. Asimismo, destacó la presencia de niños y niñas acompañados de madres y padres.