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Silvia Munt se sirve de sus recuerdos para homenajear a las mujeres de los 70

Con una historia tan personal que está regada de recuerdos de su vida: los olores, los colores y la rabia de su adolescencia están en "Las buenas compañías"

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  • El equipo de la película. -

Silvia Munt vuelve al Festival de Málaga 15 años después de ganar la Biznaga de Oro con "Pretextos", esta vez con una historia tan personal que está regada de recuerdos de su vida: los olores, los colores y la rabia de su adolescencia están en "Las buenas compañías", un filme que la catalana ha dedicado a las mujeres de Errentería.

"Esta película es un homenaje a las mujeres, y en concreto, a las mujeres de una generación, que se dejaron la piel por defender derechos como el aborto, que podían costar la vida, y por denunciar el maltrato y los abusos de hombres a los que no se ponía freno", ha señalado la actriz, productora, dramaturga y cineasta en una rueda de prensa en Málaga donde su película compite de nuevo por la Biznaga.

Munt, que rozaba la mayoría de edad en el 77, cuenta que sintió la necesidad de contar "lo que significó para nosotros esa explosión de libertad" que vino después de la muerte de Franco; así, ha explicado, nació este guion que quiere reconocer el trabajo de estas luchadoras del País Vasco que dieron "hasta su vida" en los peores años de la represión y que aún hoy siguen trabajando por los derechos de la mujer.

Como Bea, la adolescente protagonista de su película, Munt es hija de padres separados, una chica de barrio con ansias de reventar todo lo que te quieren imponer y a la que le salía también "esa rabia y ese grito contra todo".

Pero "Las buenas compañías" es también una historia de descubrimiento del mundo adulto que vive en un solo verano Bea, un verano "definitivo" en el que crece "en la parte social y en todo el dolor de vivir la realidad de las mujeres; un verano en el que también se enamora a pesar suyo".

Y lo más importante, detalla Munt, "pasa de ver a su madre como una víctima a verla como una mujer".

Un crecimiento que la actriz (brillante Alicia Falcó en su primer papel protagonista) dice haber compartido con su personaje, ya que, a sus 19 años, hace muy poco que ha pasado su adolescencia y sus ansias de libertad, dice, y ya siente ganas de "volver a atar eso que une a una hija con su madre, después de haberme separado para ser la más libre del mundo".

"Es que todos los personajes tienen sus contradicciones", agrega la guionista y directora. "Bea también tiene una parte oscura, es muy valiente gritando por los derechos de la mujer desde un autobús pero es una cobarde con su madre, y la deja sola, como tantas veces hemos dejado los hijos tirados a los padres".

Itziar Ituño, espectacular en el papel de madre contenida, doliente, agotada, servil y distante -todo lo contrario a lo que ella siente por su madre, ha dicho-, tuvo que trabajar con la directora para entender a esta madre "fría, educada en las tradiciones, tan poco acostumbrada a decir 'te quiero'".

Una mujer que "no es prototipo de madre vasca", asegura, sino de "toda una generación que salió del franquismo, acostumbradas a resolver las cosas como un secreto".

"Lo que había entre estas mujeres -apunta la reciente protagonista de "Irati"- era una especie de red de apoyo mutuo, se ve en la relación con su hermana. Pero al tiempo hay una distancia abismal con su hija, que vive una ebullición, acaba de despertar a la conciencia de feminismo para recuperar los derechos arrebatados, y ahí hay un desencuentro, hasta que Feli se acerca a su hija y a su lucha, que en el fondo, también es la de ella".

La directora pone en su boca una de las frases más emocionantes de la película, cuando la madre entiende que su hija va a alzar el vuelo: "Los hijos se prestan a las madres por un tiempo y a mi se me acabó mi plazo". 

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