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“Mis debilidades siempre serán el Nazareno y la Virgen de los Dolores”

Entrevistamos a la saetera conileña y a amante de la Semana Santa, Patricia Narváez

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  • Patricia Narváez, cantando en la parroquia Santa Catalina. -
  • Su propósito: "Quiero aprender la saeta conileña porque es muy diferente a la de cualquier otro sitio”
  • “Los primeros años llevaba la letra escrita en un papel porque me daba miedo que se me olvidara la letra”, cuenta Patricia

Patricia Narváez es una saetera conileña a la que el género de la saeta ya le viene de familia. Amante de la Semana Santa conileña, lleva ya diez años calentando sus cuerdas vocales para cantarle a sus imágenes. Ha tenido palabras para este medio, donde ha afirmado que aprender a cantar la saeta de Conil es una de sus tareas pendientes. Agradece todo el cariño que ha recibido de los saeteros mayores de la localidad y reconoce que sus dos debilidades siempre serán, junto con su patrona, el Nazareno y la Virgen de los Dolores. Recientemente ha estado en Don Benito (Badajoz) llevando su cante fuera de las fronteras andaluzas y ha estado a cargo de la práctica totalidad de la composición musical del pregón de Conil 2023. “Nuestra parroquia tiene una acústica espectacular para cantar”, afirma.

¿Cuánto tiempo llevas cantando saetas?

–El 17 de marzo hicieron diez años exactos desde que canté mi primera saeta. Tenía 21 años.


¿Dónde cantaste la primera?

–Mi primera saeta la canté justamente en el pregón de Semana Santa del año 2013, en el que fui pregonera. Me lancé ahí y ya fue un no parar. En la calle, la primera imagen a la que le canté fue al cristo de la Buena Muerte, al comienzo de la Calle la Virgen.

¿Siempre has cantado saetas o has cantado también otros palos del flamenco?

–El único palo que he tocado es la saeta. El flamenco me da mucho respeto. Saber cantar flamenco es algo que te tiene que venir de nacimiento. Ahora me estoy atreviendo un poco también con la bulería. La saeta es un cante en el que vas a pecho descubierto. Es muy complicado. No llevas acompañamiento. Tienes que tener el tono muy bien memorizado en tu mente. Es un palo que nunca deja de enseñarte.

¿Te enseñó alguien a cantar o aprendiste sola?

–La primera saeta que canté fue en el pregón y fue de Manuela, una saetera que ya no canta y me sentí muy cómoda en ese estilo. A partir de ahí, fui dotando a mis saetas de mi propio sello personal, poco a poco, y aprendiendo mucho. Cuando vas a cantar algo, es muy importante tener personalidad y que, cuando empieces a cantar, la gente te escuche y diga: esa es Patricia.

¿Cómo descubriste esa pasión por la saeta?

–Realmente, el gen saetero me viene de familia, Curro Tobalito era mi tío. Lo traigo en vena, además, a mí siempre me ha gustado mucho la música y todo lo relacionado con la interpretación y cuando canté mi primera saeta vi que esto era lo que yo traía en la sangre.

¿Puedes decir que le has podido cantar a todas las hermandades de Conil?

–A los únicos a los que no les he cantado saeta es a la Borriquita y es porque el Domingo de Ramos lo vivo con tanta alegría que no me gusta cantar saetas. No descarto que el domingo me levante y piense en una letra y me lance.

¿Tienes alguna anécdota que te gustaría resaltar?

–Los primeros años llevaba la letra escrita en un papel porque me daba miedo que se me olvidara la letra. Me la ponía en la palma de la mano y miraba sin que la gente se diera cuenta. Esa es mi anécdota de novata, como yo digo. Después de diez años, y más ahora que estoy haciendo mis primeros pinitos en la composición, se va cogiendo esa soltura y muchas veces, si se olvida una palabra, soy capaz de hilar con otra palabra que se me venga en el momento.

¿Cuál es para ti el rincón más especial de Conil para cantar una saeta?

–Tengo varios. Lógicamente, me quedo con la Puerta Cai porque ahí el momento es mágico, sobre todo porque les puedes cantar a las imágenes muy de cerca y eso me emociona muchísimo. Me quedo también con la parroquia. Nuestra parroquia tiene una acústica espectacular para cantar. Allí no te hace falta micrófono siquiera y el sonido reverbera como quiere. El pasado domingo estuve cantando en el pregón y sonaba espectacularmente bien.

¿Perteneces a alguna hermandad?

–Actualmente llevo cuatro años trabajando codo con codo en la junta de la Hermandad de las Virtudes como vocal de cultos. También soy hermana de la Hermandad del Nazareno y, este año, si Dios quiere, volveré a salir de mantilla con ellos después de varios años.

¿Has escrito alguna saeta?

– Exceptuando aquella primera saeta con letra de Manuela en el pregón de 2013, todas las saetas que he cantado son de mi puño y letra. Para escribir una saeta tienes que tener muy interiorizado lo que quieres transmitir. Tengo muy claro mi estilo, dónde estoy cómoda, lo que quiero transmitir… Como lo tengo tan interiorizado, simplemente se trata de cambiar unas palabras por otras. La Semana Santa la vivo muy intensamente, de forma muy profunda. Lo que a mí me hace componer saetas es realmente la fe que tengo.

¿Dónde vas a cantar la próxima Semana Santa?

–Mi lugar de encuentro es el balcón de la capilla del Espíritu Santo. La primera saeta será para el Cristo Marinero. Este año le escribí una saeta para su quinario y la cantaré también el Martes Santo. El Domingo de Ramos estaré en el Hogar del Pensionista, en la exaltación de la saeta.

¿Actualmente estás aprendiendo (o has aprendido) de alguno de nuestros saeteros mayores a cantar saetas?

–Tengo pendiente aprender la saeta al estilo conileño y eso no lo quiero demorar más. Quiero aprender la saeta conileña porque es muy diferente a la de cualquier otro sitio y por supuesto consejos he recibido de personas como Diego “El Pirulo”, José “Puchirichi” o Salvador Periáñez. Todos los consejos que me han dado he intentado aplicarlos y tratarlos con mucho respeto. Me siento muy afortunada por haber compartido con ellos sus últimos años cantando antes de retirarse. Me siento muy afortunada, aunque por desgracia, ni mi tío ni mi abuelo pudieron escucharme cantar saetas.

Patricia Narváez y José Muñoz “Puchirichi”.

¿Recuerdas algún comentario o consejo de alguno de ellos?

–Salvador Periáñez me dijo una vez que cantaba las saetas muy afinadas y claro, eso viniendo de una figura como él, me emocionó mucho. De cada uno me llevo un consejo que espero, en un futuro, poder transmitirlos a nuevos saeteros y darles el mismo apoyo que ellos me dieron a mí.

¿Cómo preparas tu mente y tu garganta antes de cantar una saeta?

–Cuido y trabajo mucho mi voz. Me preparo mentalmente y físicamente antes de cantar, realizando mi calentamiento y mis ejercicios para que la voz no sufra. Cuando estás en la calle, el frío, la humedad o hasta el humo del incienso pueden pasar factura en tu garganta. A veces la gente habla y acabas forzando mucho la voz para que se te escuche bien.

¿Hay alguna imagen que te imponga especialmente cantarle?

–Con todas me tiemblan las piernas porque lo hago con mucho respeto, pero mis debilidades siempre serán el Nazareno y la Virgen de los Dolores. Es una imagen que a todo el mundo le llega mucho, aunque todas las imágenes tienen algo especial y al final la fe se trata de creer en Jesús y en Dios. Pero el Nazareno, es el Nazareno; de hecho, la saeta que canté en mi pregón era dedicada a él.

¿Has llevado tu saeta fuera de Conil?

–El miércoles por la noche canté en Don Benito (Badajoz) para cantar en la subida del Medinaceli a su paso. Contactaron conmigo desde la hermandad. Es la primera vez que he cantado fuera de Andalucía. A los pocos años de empezar a cantar, canté en Cádiz… Cantar fuera es una experiencia muy bonita, pero a mí me tira mucho Conil.

¿Cómo ha sido elaborar la composición musical para el pregón de Conil 2023?

–Salvo la canción final, toda la composición musical en el pregón de Conil de este año ha sido compuesta por mí. De hecho, ha sido la primera vez que en un pregón se ha incluido una nana. De hecho tiene su nombre y todo, se llama “La nana de la cruz”. Ha quedado un pregón espectacular, tanto el pregonero como yo estamos muy satisfechos porque todo ha encajado perfectamente.

Saetas de Patricia Narváez:

 “Las campanas enmudecieron.

Las montañas temblaron,

y oscuro se quedó el Cielo.

Los mares se desbordaron,

cuando expiró el Nazareno.”

Letra Saeta - Pregón 2013.

 

“Madre mía nazarena,

escucha el grito que te canto,

por el dolor de este mundo,

y en tu pañuelo recoge el llanto,

de quienes penan mirando al cielo.

Tres clavos se te clavaron,

siete dolores te rompen,

y te atraviesan el alma,

en el monte del Calvario”

Letra Saeta - Patricia Narváez, 2022.

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