Los Cursos de Verano de la Universidad de Málaga, organizados en Ronda por la Fundación General de la UMA, han continuado este jueves con un curso sobre incendios forestales, que ha contado este primer día con la ponencia de Javier Martos, informático y experto en cartografía digital y teledetección, que ha centrado su exposición en los incendios en la Serranía de Ronda.
El especialista ha narrado ante el alumnado que precisamente el 82% de los fuegos se generan en el fondo montañoso de la Costa del Sol, lo que corresponde, ha explicado, a unas dinámicas en la zona generadas a partir de la irrupción del turismo, ya que se abandonan los usos tradicionales del monte y crece la masa forestal. Y en este contexto de mayor temperatura y cambios en el régimen de lluvias genera grandes incendios forestales, según ha expuesto.
Martos ha repasado los incendios que más han marcado la historia reciente de nuestra provincia, desde el primero que estableció un récord a nivel andaluz en 1966 hasta otros más recientes, como el de Sierra Bermeja de 2021 y el de Mijas del pasado año. “Vemos un cambio de tendencia en los fuegos. Son incendios más extremos, no solo calcinan más extensión, sino que las consecuencias sobre el terreno son más dramáticas. Tenemos que mirar a la montaña de una manera distinta”, ha resumido.
En cuanto a las causas que provocan estos desastres naturales con consecuencias económicas, medioambientales y sociales, el experto ha sido tajante: “El cien por cien de los incendios en esta zona son de origen antrópico, y, por tanto, totalmente evitables. No hay incendios naturales”, ha sentenciado, recordando que en torno al 40% de los incendios de la Serranía son intencionados y más de un 30% por negligencias, por lo que ha incidido también en aspectos como la vigilancia, las penas a los culpables y la prevención. Al hilo de esto, Martos ha aportado que existe una necesidad de actuación en esta zona porque “la no gestión provoca incendios extremos”, al tiempo que ha apostado, como solución, por una fórmula de consenso entre la administración, la sociedad civil, los representantes políticos y, sobre todo, ha insistido, la ciencia. “Planteo que todos nos sentemos con una mentalidad abierta y en común encontrar la mejor vía de forma intersectorial”, ha declarado.
Casi un 85 por ciento de los pacientes con dolor crónico son mujeres
Los Cursos de Verano de la UMA han continuado este jueves también con el inicio del seminario que abordará en dos jornadas el tratamiento del dolor crónico. Alejandro Luque, director de la actividad y de la Cátedra de Innovación Tecnológica y Social en Salud y Dolor de la UMA, ha sido el encargado de introducir el programa formativo, en una conferencia en la que ha propuesto un acercamiento a esta dolencia de manera global. “Vivir con dolor es una experiencia que va más allá de lo puramente biológico, no ponemos el acento en las emociones que vienen asociadas a él, ni en cómo afecta a la vida diaria de los pacientes”, aludiendo al impacto que tiene en la esfera social.
En este sentido, el experto ha definido el dolor crónico como “una pandemia silenciosa” con mayor incidencia en las mujeres. “La principal sufridora del dolor crónico es la mujer. Son casi un 85% de los pacientes que lo padecen”, ha aportado, antes de aclarar, además, de que esta dolencia supone la primera causa de discapacidad en el mundo, alternándose en las estadísticas con los trastornos de salud mental. “Los números son tremendos, pero lo que nos importa no solo es el coste económico que tiene el dolor crónico para la salud pública, sino el sufrimiento de las personas. Se habla del dolor crónico como la pandemia oculta de nuestra sociedad”, ha resumido.
En cuanto al tratamiento efectivo del dolor crónico, Luque ha confesado que la mayoría de estas personas se sienten “incomprendidas porque no terminan de ser escuchadas”, por lo que ha incidido en la importancia de la denominada “escucha activa” como elemento clave en este proceso, en el que también entra en juego la validación del dolor. “Se trata del primer paso a nivel terapéutico para abordar, actualmente, el alivio del dolor, la simple validación del paciente ya es analgésica. Partimos de la base de que todo dolor es real, independientemente de que los clínicos conozcamos su causa. Tenemos que empatizar para llegar a culminar el tratamiento con éxito”, ha manifestado. Para cerrar, el director del curso ha señalado la educación y un estilo de vida activo como las principales vías de actuación no invasivas para abordar el dolor crónico, como complemento a otras terapias médicas y farmacológicas enfocadas a mejorar el estado del paciente.