El conseller de Agricultura, Ganadería y Pesca, José Luis Aguirre, ha enviado una carta al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, para trasladarle su preocupación y la de todo el sector por la detección de plagas y enfermedades en productos vegetales importados de países terceros durante el mes de julio.
En su misiva, Aguirre reclama una revisión de los requisitos fitosanitarios de importación para frenar y prevenir la expansión de plagas, así como revisar los acuerdos comerciales entre la Unión Europea (UE) y países y áreas económico-comerciales como Brasil, dentro de Mercosur, o Sudáfrica, informa la Generalitat.
En concreto, advierte de los primeros casos de la plaga de cuarentena de la falsa polilla (Thaumatotibia leucotreta) en pomelos y mandarinas de Sudáfrica, cítricos que no cuentan con la obligatoriedad del tratamiento en frío de las naranjas pero que a su juicio, "a la vista de los resultados, habría que plantear su obligatoriedad".
Además, según expone el conseller a Planas, el riesgo de introducción de la plaga crece en rosas importadas a la UE por parte de países no libres de la falsa polilla o en granadas procedentes de Sudáfrica e Israel.
Aguirre propone "concretar el puerto de entrada antes de partir hacia un país europeo" y facilitar el rastreo de lotes para que las autoridades competentes de los países miembros de la UE puedan acceder a los datos de los contenedores y consultar qué tratamientos se han realizado en los países de origen.
Otro asunto que "preocupa especialmente" es la introducción de la mancha negra Phyllosticta citricarpa en cítricos procedentes de países como Egipto; "no solo por tratarse del segundo país de la cuenca mediterránea en la que se ha detectado esta terrible enfermedad", sino porque "ha quedado en evidencia" la aportación de declaraciones fitosanitarias de exportación a la UE de frutos libres de esta plaga.
Para el conseller, urge revisar las condiciones en que la UE está permitiendo la masiva importación de cítricos de países del hemisferio sur y vigilar "el nuevo y creciente desafío fitosanitario que significa la importación, en aumento, de cítricos procedentes de determinados países mediterráneos no libres de esta enfermedad". Se trata, advierte, de un riesgo inasumible que debería ser controlado con medidas eficaces que eviten la entrada de fruta infectada.
"No hablamos de una cuestión estética de la fruta importada, hablamos de riesgo grave de pérdida de salud vegetal y de muy graves daños económicos, sociales y ambientales, junto con otras plagas y enfermedades", señala.
Por todo ello, Aguirre cree que urge adecuar el marco normativo, así como implementar el cierre automático de las importaciones cuando se intercepte esta enfermedad. También subraya la necesidad de racionalizar el uso de plaguicidas, "por razones de salud y protección ambiental", en productos que se importan a la UE que suponen un peligro para la salud y un agravio comparativo de "nuestra producción local", ya que "los productos que se importan no se ven obligados a cumplir nuestros objetivos".