Los algo más de trescientos aficionados sevillistas con entradas para el Lens - Sevilla de este martes, de la última jornada en el grupo B de la Liga de Campeones, podrán asistir al encuentro en el estadio Bollaert-Delelis al haber estimado el Consejo de Estado de Francia el recurso del club español contra el decreto gubernativo que les impedía su acceso.
Aunque el decreto acaba de ser revocado por el Consejo de Estado, que vio esta medida para evitar incidentes entre las hinchadas "desproporcionada", los seguidores se han sentido señalados sin una razón aparente, pues las propias autoridades galas habían puesto, unos días antes este encuentro, un nivel de peligrosidad bajo para este partido, de 2 en una escala da 5.
Sin embargo, a 48 horas del encuentro, el ministro del Interior de Francia, Gérald Darmanin, anunció en una entrevista la prohibición de hinchas sevillistas en Lens, en un contexto nacional marcado por varios episodios de violencia en los estadios de fútbol y a ochos meses de los Juegos Olímpicos de París 2024 en los que se ha cuestionado la capacidad de las autoridades galas.
En caso de incumplimiento de la medida adelantada por Darmanin, la ley del Deporte contempla una multa de 30.000 euros y una pena de cárcel hasta de seis meses.
ℹ️ La afición sevillista podrá estar presente esta tarde en el Estadio Bollaert-Delelis.#UCL #WeareSevilla
— Sevilla Fútbol Club (@SevillaFC) December 12, 2023
"Cuando nos bajamos del avión se había hecho oficial el decreto", relató Rocío Díaz, otra seguidora sevillista que se desplazó de la ciudad andaluza el lunes en un vuelo a primera hora y quien estaba, a pocas horas del partido, en un pub del centro de Lens junto a una veintena de seguidores hispalenses.
Esta administrativa, de 41 años, viajó en un vuelo directo hasta Bruselas y, de ahí, tomó un coche alquilado hasta Lens, una localidad de 30.000 habitantes enclavada en la antigua cuenca minera francesa y próxima a la frontera belga.
Entre vuelos, entrada, alquiler, alojamiento y comidas contó que se ha gastado al menos 500 euros. Esta aficionada, que ha estado en todas las finales europeas del Sevilla en las últimas décadas, no supo calcular cuántos seguidores se han echado para atrás ante la draconiana medida del Gobierno francés.
Además del sacrificio económico, ha tenido que conciliar con su vida laboral. "He pedido dos días libres en el trabajo, lunes y martes, porque el miércoles regresamos a las 5:30 horas y voy directo al trabajo", expuso Rocío.
Alejandra, la fisioterapeuta que escondía su camiseta por miedo a las represalias policiales, gastó menos que su amiga. Ella viaja desde la zona de Annecy, en los Alpes franceses, donde trabaja en una clínica.
"Yo ya tenía las vacaciones pedidas y no sabía lo que me iba a encontrar aquí (Lens)", reconoció la joven, quien recorrió casi 700 kilómetros, del sureste de Francia al noreste, para estar apoyando al Sevilla.
A menos de 200 metros del pub irlandés, una decena de furgonetas policiales de la Gendarmería estaban aparcadas. Un joven aficionado sevillista las señala desde la entrada del bar irlandés.
"Hemos hablado con ellos y nos han dicho que si no mostramos nada que se identifique con el club, nos dejan tranquilos". El hincha iba vestido de riguroso negro.