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Sevilla

El agua de Alqueva llegaría al puerto de Huelva previo bombeo a la presa del Chanza

Los medios portugueses se hacen eco de que la Junta de Andalucía ya admite como último recurso la compra de agua al país vecino ante la pertinaz sequía

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  • Embalse de Alqueva. -
  • Hace 30 años barcos-cisterna contratados en EEUU transportaron agua de los pantanos onubenses hasta el puerto de Cádiz

Diversos medios de comunicación de Portugal se han hecho eco de que la Junta de Andalucía ya admite, «como solución de último recurso», la compra de agua al país vecino, y más concretamente de la embalsada en la macro presa de Alqueva, si no llueve lo suficiente en nuestra región en los próximos meses -tal como teme el presidente del Gobierno andaluz- para paliar los efectos de una sequía que se prolonga ya durante más de un lustro.

«La Junta de Andalucía, anticipando escenarios que tienen todo para ser dramáticos, admite ya la compra de agua de Portugal para ayudar a comunidades de la región española que se quedarán sin reservas en superficie y en acuíferos subterráneos si no llueve lo suficiente en los próximos meses». Así puede leerse en una crónica del periódico portugués Publico, habitualmente el más atento a las cuestiones hidráulicas dentro de las relaciones entre los dos países ibéricos, aunque no es el único, ya que otros medios lusos también han informado sobre los planes alternativos del Gobierno andaluz.

Estación de bombeo de Bocachanza.

La información difundida destaca que la compra de agua procedente de la macro presa de Alqueva sería una solución de “último recurso” y que implicaría el uso de barcos con capacidad para transportar 40 mil metros cúbicos de agua potable o bien 100.000 m3 de agua bruta, no tratada, para su potabilización en tierras andaluzas.

En Portugal se destacan las declaraciones de la consejera de Agricultura, Carmen Crespo: «Si el próximo verano seguimos teniendo dificultades con la calidad del agua en las pocas reservas que aún puedan existir, tendremos que utilizar embarcaciones para abastecer a las poblaciones que se encuentran en una situación crítica».

Sin embargo, en medios del país vecino también se recoge que el Gobierno andaluz está construyendo infraestructuras de emergencia para evitar recurrir al uso de agua transportada desde Portugal, como la apertura de pozos artesianos para extraer agua de pozos previamente ubicados, que cuentan con recursos de buena calidad, para suministrarla a las comunidades que la necesiten. Esta solución podría suponer una inversión estimada en seis millones de euros. Además de las perforaciones, también está prevista la instalación de desaladoras -el presidente de la Junta ha estimado que el desarrollo de este tipo de plantas requiere al menos tres años- y la reutilización de agua procedente de plantas depuradoras.

Según los cálculos de la Junta de Andalucía, un barco que transportara 40.000 metros cúbicos de agua abastecería durante un día a una población de 200.000 habitantes, suponiendo que el consumo rondaría los 200 litros diarios por persona, aunque en situación de sequía el suministro podría reducirse a 90 litros por habitante. Carmen Crespo afirmó que “las zonas más críticas donde se utilizaría esta medida” serían la costa de Málaga y el Campo de Gibraltar.

Recurrir al uso de embarcaciones para transportar agua «es la medida más extrema» para el peor escenario de sequía del plan estudiado por el Ejecutivo andaluz y también la más cara: transportar agua en barco costaría hasta 10 millones de euros al mes.

La posibilidad de transportar agua en embarcaciones fue anunciada por el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, durante su intervención en el debate sobre el estado de la comunidad autónoma, al proponer la adaptación de los puertos de Algeciras y Málaga para «poder recibir buques que transporten hasta 100 mil metros cúbicos de agua si la situación así lo requiere”.

Medios portugueses estiman que el agua se desembalsaría de la presa de Alqueva y se recogería en Pomarão, en la confluencia del río Chanza con el río Guadiana, en el llamado sistema de Bocachanza, y luego se llevaría a través de una red de canales al aire libre y conexiones subterráneas hasta el puerto de Huelva.

Sistema de transporte a Huelva.

Como se recordará, justamente este método, el bombeo desde la estación de Bocachanza a la presa del Chanza para su redistribución hacia el resto de la provincia onubense, fue propuesto por el exdirector de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, Juan Saura, durante su comparecencia ante el Parlamento de Andalucía con motivo de la proposición de ley de regadíos en la corona Norte del parque nacional de Doñana.

Saura se ha mostrado muy crítico con estos planes del Gobierno andaluz: «El colmo de la situación -afirma- seria comprar agua, procedente de España, embalsada en Alqueva», recordando que el 80% de la cuenca hidrográfica que abastece a la macro presa portuguesa está radicada en nuestro país. «Hemos pasado de pedir desde el Parlamento de Andalucía por práctica unanimidad la cesión temporal de derechos de riego con agua de Alqueva a pensar en comprarla». De hecho, según sus informaciones, regantes de Huelva  ya estaban negociando pagar cinco céntimos de euro por m3 de agua de Alqueva y captarla en Bocachanza.

Ahora bien Juan Saura ve complicado llevar  agua desde Portugal a Huelva para embarcarla con destino a Málaga sólo disponiendo del antiguo túnel de San Silvestre y del anillo hídrico actual.

«Huelva no va a tener problema de abastecimiento  con el agua de que dispone en el sistema Chanza-Piedras, pero no  tengo datos -asevera el exdirector de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir- para garantizar si el anillo hídrico actual tiene capacidad para llevar más agua a la capital y embarcarla para Málaga. Si así fuera es una opción, pero probablemente sea más fácil cargar el barco en Lisboa o en otros puertos portugueses».

Ya existe un precedente histórico. En la anterior gran sequía, la de los años 90 del pasado siglo coincidiendo con la Exposición Universal de Sevilla en 1992, se transportó agua desde Huelva a Cádiz en barco. Entonces, unos 750.000 gaditanos de 15 municipios del entorno de la capital sufrían cortes regulados de abastecimiento y el Gobierno de España aprobó un trasvase desde los embalses de Huelva, que eran los que más reservas tenían en toda Andalucía.

Se aprobó en 1995 una primera fase de 2,4 hectómetros cúbicos a distribuir a lo largo de cuatro meses en 171 viajes que harían tres barcazas-cisterna contratadas a tal efecto y procedentes de Estados Unidos. El Ministerio de Obras Públicas sufragó el coste de la intervención, por valor de unos 1.200 millones de pesetas de la época (teniendo en cuenta la inflación desde entonces hoy serían 15.120.000 euros) y la Consejería de Obras Públicas, cuyo titular era entonces Francisco Vallejo, aportó otros 1.100 millones de pesetas (el valor actual sería equivalente a unos 14 millones de euros en números redondos) para el transporte hasta el muelle de la Zona Franca de Cádiz, que hubo que adaptar especialmente para la ocasión.

También hubo que hacer adaptaciones en Huelva. Se tendió una tubería de 1.600 metros de longitud desde el depósito de agua de Aljaraque hasta el muelle de Tharsis, donde los primeros barcos en cargarla fueron en ‘Lemon Creek’ y el ‘Casablanca’, cada uno con 116 metros de eslora y una capacidad de 14.000 m3 en sus bodegas. Al final de la operación, debido a que empezó a llover en diciembre, se trasvasaron desde Huelva a la provincia gaditana un total de 1,7 hm3 de los previstos inicialmente.

El agua que llegó desde Huelva en los barcos-cisterna fue analizada tras la descarga y los técnicos gaditanos se quedaron impresionados por su calidad. Expresaron que era como agua mineral.

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