Todas las fuerzas sindicales del Ayuntamiento de Sevilla han solicitado al Gobierno local del popular José Luis Sanz que retire el apoyo formalizado en el pleno ordinario de enero, a una petición de Vox en demanda de que los Centros Integrales de Atención a la Mujer (CIAM) cuenten con "la colaboración de voluntarios de entidades de reconocida trayectoria en el apoyo a la mujer embarazada", para que los mismos elaboren "un programa de información" para estas mujeres. Así, los sindicatos han manifestado su apoyo a las plantillas de los CIAM y se pronuncian "en contra del adoctrinamiento ideológico dentro de los espacios públicos".
En concreto, en el pleno ordinario del pasado 31 de enero, el pleno debatió una moción de Vox en demanda de la creación de una "oficina de ayuda a la mujer embarazada, dependiente del Servicio de la Mujer, con su correspondiente dotación presupuestaria, abriendo dicha oficina en cada uno de los seis centros Integrales de Atención a la Mujer, con personal suficiente con las competencias, para prestar asesoramiento socioeconómico, laboral, apoyo psicológico, asesoramiento, en su caso, sobre la salida de la adopción, y explicación de la importancia de visualizar una ecografía con anterioridad a la toma de cualquier decisión sobre el embarazo".
El segundo punto apostaba por que dichos dispositivos del primer punto cuenten con "la colaboración de voluntarios de entidades de reconocida trayectoria en el apoyo a la mujer embarazada que deseen aportar su amplia experiencia en la ayuda en este campo" mediante un "programa de información" a las mujeres, toda vez que el primero de ellos fue rechazado con el voto contrario de las fuerzas de izquierda y la abstención del PP, siendo el segundo aprobado al haberlo apoyado el PP.
Tras ello, los sindicatos han informado de que se han reunido con la edil de Educación, Familia, Igualdad, Juventud y Asociaciones, con la directora general de Igualdad y el concejal de Seguridad Ciudadana, Movilidad y Recursos Humanos, en demanda de "la retirada del apoyo ofrecido por el equipo de gobierno a que los Centros Integrales de Apoyo a la Mujer cuenten "con la colaboración de voluntarios de entidades de reconocida trayectoria en el apoyo a la mujer embarazada que deseen aportar su amplia experiencia en la ayuda en este campo, que ayuden a coordinar la elaboración de un programa de información para dar soluciones de alimentación, de ropa de bebé y/o premamá, equipamientos tipo carritos y cunas".
Según los sindicatos, "más allá de que resulta sorprendente que un grupo político vote a favor de una propuesta de estas características 'sin querer' y más aún cuando es notoria la relación del PP con entidades antiabortistas (recientemente se ha hecho público el dato de que el gobierno autonómico del PP ha concedido 1,7 millones en tres años a estas organizaciones), se acepta la propuesta verbalizada por los representantes de este consistorio antes mencionados, de realizar un escrito con la validez suficiente que aclare que esta propuesta no saldrá adelante, ya que lo que han apoyado es una cosa diferente y de que lo hagan llegar antes del 8 de marzo".
Según los sindicatos, "el escrito debe ser lo suficientemente claro para no originar dudas al respecto", manifestando su respaldo a las plantillas de los CIAM, que "actúan con total profesionalidad en sus intervenciones con mujeres vulnerables". Además, se pronuncian "en contra del adoctrinamiento ideológico dentro de los espacios públicos".
Rechazo de un grupo de psicólogos
Por otro lado, un grupo de psicólogos ha firmado un manifiesto, recordando que "los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres están recogidos en el marco internacional de los derechos humanos, en la Constitución y en leyes como la Ley Orgánica 1/2023, de 28 de febrero, por la que se modifica la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo".
Rechazando el citado acuerdo plenario, estos profesionales señalan que "la decisión de ser madre o no debe tomarse de forma libre y sin atisbo de coacción o juicio crítico de otras personas, ya que las consecuencias de tener un hijo o hija sin desearlo son importantes tanto para la persona que se ve forzada, de cualquier modo, a ejercer una función tan compleja como la marental, como para el bebé nacido en un contexto de rechazo".
Por eso, "es fundamental que las personas que atiendan a usuarias de los Centros Integrales de Atención a la Mujer, estén formadas y preparadas y ejerzan esta profesión sin emitir juicio alguno, ya que la IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo) puede ser la solución a innumerables e importantes problemas de salud mental y física".
Este grupo de profesionales expone además que en el actual sistema sanitario español, "el Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la salud relaciona directamente el embarazo no deseado con trastornos de la salud mental no sólo de la persona gestante sino también en la persona nacida, y poniendo especial énfasis en la población adolescente", destacando el hecho de que "un embarazo no deseado en todo su desarrollo da lugar al nacimiento de un niño ambivalentemente deseado, un niño de alto riesgo".
"En nuestra práctica clínica hemos podido comprobar las consecuencias negativas que puede tener el hecho, no de dar información, sino de que esta información sea tendenciosa, ya que la mujer es infantilizada, se siente juzgada, dispara creencias negativas sobre sí misma, sentimientos de culpa y sobre responsabilidad, ya que no se presiona a los hombres para fomentar su responsabilidad y prevenir embarazos no deseados", enfatizan.
"Si bien es cierto que la interrupción voluntaria del embarazo puede ser un estresor importante y disparador de trauma, también lo es el hecho de que lo que lo determina no es el hecho en sí mismo sino más bien, cómo es tratado en la periferia del acontecimiento, es decir, los hechos no son en sí mismos traumáticos o no, sino que el hecho de que llegue a conformarse trauma depende tanto de condiciones individuales como de el modo en que el contexto recibe y acompaña el hecho traumático. No defendernos que el aborto sea fácil sino que es precisamente el mal acompañamiento o el enjuiciamiento, como propone Vox con esta medida, lo que puede conformar el trauma. Cualquier forma de presión sobre una mujer a la hora de tomar la decisión de interrumpir voluntariamente su embarazo puede derivar en un trauma de graves consecuencias", concluye este grupo de psicólogos.