La Dirección General del Espacio Universitario de la Universidad de Sevilla (US) va a hacer obras en verano en el Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla (Cicus) sin que éstas vayan a afectar "significamente" a la programación en este equipamiento cultural que, en algo más de una década, se ha convertido en una referencia de la agenda cultural de la ciudad.
La US ha licitado un contrato para terminar las obras en la planta primera del que fuera antiguo convento de Madre de Dios. Con un presupuesto de 123.359 euros (IVA incluido) y un plazo de ejecución de tres meses, los trabajos se concentrarán "fundamentalmente" en la primera planta para "dar una imagen unificada a distintas actuaciones de mantenimiento y reformas parciales que se han ido acometiendo a lo largo del tiempo en los espacios afectados", recoge el pliego publicado y consultado por Europa Press.
Las tareas a ejecutar consisten en "repasos de albañilería, sustitución de carpinterías, remates de pavimento y revestimiento, colocación de falso techo en galería, refuerzo de dintel y demolición de tabiquería" en una superficie aproximada de intervención de 850 metros cuadrados. Así, se actuará en los pasilllos de exposición de la primera planta (crujía principal y lateral izquierda), en la sala de exposiciones, pasillo que linda con la crujía del fondo y en oficinas (crujía lateral derecha). Además, se intervendrá en la escalera principal de acceso y en la secundaria.
El Cicus es propiedad de la Universidad de Sevilla desde 1917 cuando el edificio sirvió de sede del Policlínico de la Facultad de Medicina y a la Escuela de Comercio, que, reconvertida en Escuela Universitaria de Empresariales en 1968 pasó al campus jurídico-empresarial. Fue además sede de la Facultad de Ciencias del Trabajo hasta 2008, año en que dicha escuela se trasladó al campus de Pirotecnia, en Viapol.
El edificio de estilo neoclásico data de principios del siglo XX (1902-1903) y fue diseñado por el arquitecto Arévalo Álvarez Millán. En 1964, fue reformado por Ruiz de Simanca y posteriormente en 1990, por Francisco Granero Martín. La ocupación del edificio por parte del Cicus en 2011 abrió "un nuevo capítulo en la historia" del inmueble al darle un uso cultural.