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Sevilla

Bandera negra en el Guadalquivir por vertidos mineros de Aznalcóllar y Cobre las Cruces

Ecologistas en Acción ha botado una balsa con una bandera negra en el punto de vertido de metales pesados de Minera Los Frailes: frente al estadio de la Cartuja

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La bandera negra.

La bandera negra.

La bandera negra.

La bandera negra.

La bandera negra.

Ecologistas en Acción ha lanzado una balsa con una bandera negra en el lugar donde la compañía Minera Los Frailes, encargada de reabrir la mina de Aznalcóllar, planea descargar metales pesados, cerca del estadio olímpico de la Cartuja en Sevilla.

Las banderas negras son parte de una iniciativa de Ecologistas en Acción para identificar y denunciar aquellos sitios costeros que sufren diversos daños ambientales.

"Desde Sevilla nos sumamos a esta campaña señalando el punto de vertido minero que tras arrasar el estuario del Guadalquivir va a dispersarse por el Golfo de Cádiz afectando a todo su litoral", ha informado la entidad.

El vertido "no trae nada bueno al ya tocado estuario y puede resultar la estocada mortal" que acabe con la biodiversidad que aún viene resistiendo los ataques que nuestra sociedad le viene infringiendo, denuncian.

 

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Las descargas urbanas e industriales, la modificación del flujo de agua debido a la acumulación en embalses y presas, el aumento de la actividad agrícola en la cuenca y las obras del Puerto de Sevilla para mantener la navegabilidad de grandes embarcaciones, han llevado al estuario al límite, según la organización. Añaden que un nuevo vertido de la minería se suma a los que ha realizado durante los últimos 14 años la empresa Cobre Las Cruces, lo cual no contribuye a mejorar la situación.

"Y es que no se trata sólo de biodiversidad y conservación de especies y ecosistemas sino de mantener unos mínimos de calidad ambiental en el río que permita mantener las actividades económicas que tanto dependen del buen estado ecológico del río para su viabilidad sin comprometer la seguridad alimentaria", apuntan.

Las pesquerías del Golfo de Cádiz, que dependen del alevinaje del estuario, los arrozales que utilizan sus aguas, las piscifactorías que captan agua del río y el turismo costero, todos están en riesgo debido a este vertido, denuncian desde Ecologistas en Acción.

"Con la colocación de la bandera negra llamamos la atención de la administración sobre estas cuestiones que no han sido tenidas en cuenta a la hora de evaluar los efectos del vertido a autorizar, estamos a tiempo, hay fórmulas para exigir el vertido cero, háganlo, por el bien de un río que es fuente de vida y trabajo", aseguran.

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