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Punta Umbría

?La sonrisa etrusca en teatro es la mariposa que salió del gusano?

"Me alegro mucho de haber escritor este libro ?dice? porque contribuye a presentar las delicias de lo sencillo, de lo que es verdad".

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El escritor José Luis Sampedro dejó unos días su refugio en el sur. La pasada semana recogió la Orden de las Artes y las Letras, para acudir a la puesta en escena de su mítica obra La sonrisa etrusca. “Un hecho extraordinario”, que compara con la transformación de un gusano en mariposa”.

“Para mí –explica– este estreno es comparable con el desarrollo del gusano de seda. Escribí La sonrisa etrusca y era un gusano que soltaba seda y que se quedó cerrado. 25 años después, se ha convertido en una bella mariposa con alas de muchos colores y que tiene magia, porque el teatro tiene sobre la literatura magia carnal”.

Así lo argumenta en una entrevista con Efe Sampedro, escritor, académico y economista, pero sobre todo un humanista, que a los 94 años recién cumplidos, sigue dando las mejores lecciones de vida: “Dentro de cada uno de nosotros hay infinidad de cosas que no llegamos a desarrollar y el verdadero desarrollo está en que cada uno llegue lo más alto posible en su conocimiento”.

“Este desarrollo y ese intento de perfeccionarnos vendría bien hasta para la economía, porque seríamos más justos más equilibrados y no habría tantos choques entre los que tienen y los que no”, matiza el autor de Octubre, octubre o La vieja sirena, entre otros.

Y es que en La sonrisa Etrusca, cargada de tintes autobiográficos, Sampedro relata la historia de Bruno, un partisano calabrés, anciano y enfermo de cáncer, que se traslada a vivir a Milán con su hijo, que se transforma y toca el paraíso gracias a su nieto que le hace sentir la vida de una forma completamente distinta, sintiendo nueva sensaciones que le llevan a volverse a enamorar.

Una metáfora casi calcada de la vida de este catedrático jubilado de Estructura Económica, que escribió la obra tras ir Ginebra con su primer mujer y encontrarse una noche con su nieto en sus brazos.

“Me alegro mucho de haber escritor este libro –dice– porque contribuye a presentar las delicias de lo sencillo, de lo que es verdad, del amor, del amor del abuelo por el nieto. Hay gente que dice que es demasiado sentimental; que piensen lo que quieran. Yo sé que ha emocionado a mucha gente y que sigue haciéndolo”.

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