En una operación conjunta entre la Policía Nacional española y la Nationale Politie de Países Bajos, se ha desarticulado una organización dedicada al tráfico internacional de estupefacientes, establecida en Málaga. La operación culminó con la detención de cuatro personas involucradas en el tráfico de grandes cantidades de drogas como cocaína y hachís.
La organización, de carácter itinerante, realizaba numerosos desplazamientos entre distintos países para dificultar la labor de las autoridades. Utilizaban vehículos para el transporte de drogas y estaban vinculados a actividades en España, Italia y Países Bajos. Este enfoque móvil hacía más complicado para la policía rastrear sus movimientos y operaciones.
La investigación patrimonial mostró que el principal sospechoso y su esposa poseían bienes inmuebles valorados en más de tres millones de euros. Esta riqueza estaba relacionada con la operación de la organización, la cual empleaba empresas legales para blanquear el dinero obtenido del tráfico de drogas.
Los registros simultáneos se realizaron en las localidades malagueñas de Fuengirola y Benalmádena, así como en Tilburg, Países Bajos. En estos registros, se incautaron 52 kilos de hachís, 50 kilos de MDMA, diversas cantidades de cocaína, ketamina y anfetaminas, junto con 330.000 euros en efectivo y dos armas de fuego.
La operación, iniciada en febrero, reveló que el grupo criminal estaba compuesto por ciudadanos italianos y neerlandeses. Las investigaciones confirmaron que organizaban el transporte de drogas desde España hacia otros países europeos, utilizando vehículos para distribuir principalmente cocaína y hachís.
La operación se enmarca en la Estrategia de Seguridad de la Unión Europea, que se enfoca en combatir amenazas emergentes y proteger a los ciudadanos europeos de la delincuencia organizada y el terrorismo. La intervención, apoyada por Europol y cofinanciada por la UE, busca desmantelar redes criminales y sus modelos de negocio, fortaleciendo así la seguridad dentro de la Unión.