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Punta Umbría

La Habana reabre su Museo Napoleónico, uno de los más importantes del mundo

El Museo Napoleónico de La Habana es considerado uno de los cinco más importantes de su tipo en el mundo y el más completo de Latinoamérica.

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 El Museo Napoleónico de La Habana, considerado uno de los cinco más importantes de su tipo en el mundo y el más completo de Latinoamérica, reabrirá hoy sus puertas tras una larga restauración en un acto al que asistirá como invitada una descendiente del emperador francés Napoleón Bonaparte.

El diario oficial Granma informa hoy de que la reapertura del inmueble tendrá lugar con la presencia de Alix de Foresta, Princesa Napoleón, quien es viuda de Luis Marie Bonaparte, príncipe Napoleón, a su vez descendiente del rey Jerome, el hermano menor de Bonaparte.

En los últimos tres años el inmueble en que se encuentra el museo y su colección de casi 8.000 piezas fueron sometidos a un proceso de restauración a cargo de especialistas de la Dirección de Patrimonio Cultural de la Oficina del Historiador de la Ciudad.

La institución, creada en 1961 y ubicada en un céntrico barrio de La Habana, reúne piezas relacionadas con el período que va desde la Revolución Francesa hasta el Segundo Imperio, como trajes, armamentos, equipos militares, mobiliario, numismática, libros, obras de arte y una muestra con objetos personales de Napoleón.

Entre las reliquias que pertenecieron al emperador francés se encuentran un catalejo de bronce, cristal y madera; una casaca de sus tiempos como primer cónsul; un bicornio y su reloj, adquirido tras una reciente donación.

Una de las piezas más importantes es la mascarilla mortuoria original de Napoleón, realizada en yeso por su médico personal, Francois Antommarchi.

En 1821, tras la muerte de Napoleón en la isla de Santa Elena, Antommarchi se apoderó de la mascarilla y viajó a Cuba, donde falleció en la ciudad oriental de Santiago de Cuba.

Los fondos del Museo Napoleónico provienen de la colección privada del magnate del azúcar Julio Lobo, considerado el hombre más rico de Cuba al triunfo de la revolución en 1959.

A la colección atesorada por Lobo, se han sumado obras "donadas, compradas o recuperadas" por el Estado cubano.

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