La batalla de al menos ocho asociaciones vecinales de los barrios colindantes contra la ocupación de una parcela municipal en Heliópolis para construir una mole de 31.500 m2 anexa al nuevo estadio del Betis ha eclipsado informativamente el proyecto presentado al Ayuntamiento por el otro club de la ciudad, el Sevilla F.C., para la ampliación de su estadio. La entidad rojiblanca pretende ocupar 10.000 m2 de la zona verde que lo rodea y compensar la ocupación con una superficie similar en un sitio alejado y sin vinculación con el barrio de Nervión: la parcela que ocupa su ciudad deportiva junto a la carretera de Utrera. El plazo para presentar alegaciones a este proyecto expira el 19 de agosto de 2024.
El club sevillista ha presentado ante la Gerencia de Urbanismo el ‘Avance del estadio de ordenación. Actuación de transformación urbanística Nuevo estadio Ramón Sánchez-Pizjuán’. Con un lenguaje similar al usado por el Betis para su proyecto (icono, mejora para la ciudad…), el Sevilla considera que el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán ha quedado obsoleto para los retos y crecimiento deportivos que se marcan como objetivos del club para los próximos años.
Por ello, el planteamiento de la entidad es la construcción de un nuevo estadio en la parcela que ocupa el actual, de manera que, proyectado según las últimas normativas en cuestión de diseño de recintos deportivos así como incorporando las últimas tecnologías aplicadas a la construcción y el diseño arquitectónico, se cuente con una nueva infraestructura deportiva «de referencia internacional para los sevillistas, pero también para la ciudad de Sevilla».
El estadio Ramón Sánchez Pizjuán está calificado actualmente como equipamiento deportivo privado, con una superficie de parcela de 30.110 m2; y se encuentra rodeado por una zona verde de 21.738 m2.
A su vez la ciudad deportiva sevillista José Ramón Cisneros Palacios junto a la carretera de Utrera, distante 4,9 kilómetros por la ruta recomendada por Vía Michelin, se encuentra calificada como como equipamiento deportivo privado, con una superficie de parcela de 269.462 m2.
El planteamiento del club de Nervión es ampliar la superficie de la parcela de equipamiento deportivo (para el nuevo estadio) en 10.380 m2 (hasta los 40.490 m2). Esta superficie es la que considera necesaria «para acoger un estadio de primer nivel internacional (con las condiciones de accesibilidad, seguridad, confort y operativa actuales) para un aforo de unos 55.000 espectadores».
La Zona Verde circundante al Estadio se reduciría en la superficie mencionada, y se compensaría en la ciudad deportiva de la carretera de Utrera, cuya calificación se cambiaría (de Equipamiento Deportivo a Zona Verde) en la misma superficie.
En la siguiente imagen se puede observar la comparativa entre el equipamiento deportivo calificado actualmente por el Plan General de Ordenación Urbana o PGOU (30.110 m2) y la nueva propuesta de equipamiento deportivo (40.490 m2); así como la superficie calificada como Zona Verde actual y la propuesta (la primera, con 21.738 m2; y la segunda, con 11.358 m2).
A pesar de que se aumenta la parcela dotacional no se incrementa la edificabilidad inicial del deportivo privado.
ESPACIO PÚBLICO
El Sevilla pretende también lo siguiente:
-La definición de los cuerpos y elementos salientes. Afirma que casi todos los estadios de fútbol presentan cierto desplome en sus fachadas, «por lo que será necesario regular la posibilidad de que los vuelos sobre el espacio público sean mayores que los definidos con carácter general en el Plan General de Ordenación Urbana».
-Se contemplará la ampliación de la cubierta del nuevo estadio sobre el espacio público circundante (zona verde), ya que se pretende que la nueva cubierta pueda dar sombra sobre el espacio que se encuentra entre el estadio y la avenida Eduardo Dato. Por ello, se considera necesario permitir el apoyo de elementos estructurales (pilares) sobre el espacio público que rodea el estadio.
El argumento del Sevilla, modernidades e iconos arquitectónicos aparte, recuerda al de la Junta de Andalucía para la recalificación del Canal de la Expo: el abandono. En este caso, el de la zona verde que rodea el estadio y cuyo cuidado se supone corresponde al Ayuntamiento. Es decir, se crean las condiciones objetivas primero (el abandono) para luego justificar la operación urbanística.
Así, afirma la entidad rojiblanca que es necesario contar con una ordenación urbanística que permita, entre otros, la mejora del ámbito urbano circundante al estadio a través de la mejora y cualificación de la urbanización del espacio público que lo rodea, «que actualmente -asevera- se encuentra en un estado descuidado y poco cualificado como espacio público y de esparcimiento verde para el barrio».