Numerosos árboles del tramo del parque del Guadaira comprendido entre las calles Ali Al-Gomari y avenida de Holanda están sufriendo un proceso cada vez más evidente de defoliación, cuya causa podría ser algún tipo de plaga y no un otoño adelantado, con las altas temperaturas actuando como acelerador, ya que el riego no les falta.
El problema se detectó ya en el mes de julio en algunos árboles situados entre el puente del 29 por el que cruza la avenida de Jerez y la altura de la calle Ali Al-Gomari.
Desde entonces se ha ido extendiendo cada vez más entre la doble hilera de árboles que flanquean el sendero peatonal y el carril bici, en dirección Oeste (puente del Centenario), en paralelo al hotel Al-Andalus y las pistas deportivas de la calle Ifni. Y sigue avanzando, sin que aparentemente se haya aplicado ningún tratamiento paliativo o preventivo a la arboleda.
El proceso empieza con la decoloración de las hojas de alguna rama, decoloración que progresivamente acaba afectando a toda la copa, para después o casi simultáneamente iniciarse la caída de las hojas.
En principio podría pensarse que la defoliación es un efecto de la sequía y del calor, pero tanto este tramo como otros del parque del Guadaira se riegan regularmente mediante un sistema de aspersores/difusores y el agua no les falta a los ejemplares.
El hecho de que el resto de árboles del entorno mantengan su verdor y de que la defoliación afecte de momento tan sólo a la especia elegida para dar sombra al sendero peatonal y al carril-bici y vaya «saltando» de árbol en árbol del mismo tipo (probablemente alguna variedad de olmo) denotaría más bien la aparición de algún tipo de plaga como la grafiosis a la que aún no se habría hecho frente.
La grafiosis del olmo es una pandemia que entró en España a mediados de la década de los 30 y cuyo patógeno responsable es el hongo vascular Ophiostoma ulmi. A principios de los 70 sobrevino una nueva especie de mayor virulencia denominada Ophiostoma novo-ulmi.
Ambas especies bloquean el movimiento de la savia por los vasos del árbol, lo que provoca un fuerte marchitamiento foliar, su defoliación, y la muerte posterior. La enfermedad se transmite por tres coleópteros pertenecientes a la familia de los escolítidos (Scolytus multistriatus, S. scolytus y S. kirschii), que portan consigo las esporas de los hongos y las introducen en el árbol durante su puesta y alimentación
De continuar, el problema acabaría afectando a todo el tramo del sendero interior del parque del Guadaira que discurre en paralelo a Heliópolis.
