"Mientras Gadafi permanezca en el poder, la OTAN y los socios de la coalición deben mantener sus operaciones para que la protección a los civiles se mantenga y la presión sobre el régimen aumente", han rubricado los tres líderes internacionales, según recoge el texto divulgado por el rotativo francés.
En referencia a los deberes impuestos por la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, los dirigentes son conscientes de que "su mandato es proteger a los civiles, no derrocar a Gadafi por la fuerza", sin embargo, argumentan que "es imposible que Libia pueda tener un futuro con Gadafi".
"Es impensable que aquel que ha masacrado a su propio pueblo juegue un papel en el futuro Gobierno libio (...) porque ha perdido el apoyo de su pueblo", afirman. Así, consideran que cualquier solución que contemple su permanencia en el poder, "se traducirá en más caos y anarquía".
En este sentido aseguran que esta opción "no solo condenaría a Libia a ser un estado paria, sino también un estado fallido". "Nosotros sabemos por experiencia lo que eso puede significar. Ni Europa, ni la región, ni el mundo se pueden permitir dar un nuevo refugio a los extremistas", advierten en referencia al terrorismo islámico.
Además, alertan de que la población civil sería la principal víctima de una decisión que pase por la continuidad del coronel. En este sentido, consideran que sería "una inimaginable traición" para "los valientes habitantes de las ciudades que han plantado cara a las tropas que les han bombardeado sin piedad", ya que "quedarían expuestos a terribles represalias".
Así, recuerdan que aunque "decenas de miles" de vidas se han salvado, "Gadafi continúa cometiendo día tras día atrocidades contra el pueblo libio". En concreto, señalan el asedio a las ciudades de Ajdabiya, donde "los misiles y obuses aún caen sobre los civiles indefensos", y de Misrata, "que soporta un asedio digno de la Edad Media", así como las numerosas denuncias por desapariciones.
UN FUTURO PARA LIBIA
En consecuencia, el trío de mandatarios asegura que "hay un camino para la paz que lleva una nueva esperanza al pueblo libio". "Nosotros queremos mirar al futuro (...) Un futuro sin Gadafi que preserve la soberanía y la integridad territorial de Libia; un futuro que restaure su economía; así como la prosperidad y la seguridad para su gente", aseveran.
No obstante, Obama, Cameron y Sarkozy indican que para comenzar "una transición real de un régimen dictatorial hacia un proceso constitucional abierto a todos" debe haber "una nueva generación de dirigentes", reiterando la necesidad de que se produzca un cambio absoluto de régimen. "Para que esta transición tenga éxito, Gadafi debe irse definitivamente", remachan.
En el marco de este proceso, atribuyen un papel decisivo a la comunidad internacional. "Esta visión de Libia requiere el apoyo de una amplia coalición de países y el compromiso de los estados árabes", subrayan. Sin embargo, matizan que, pese al liderazgo de la OTAN y de Naciones Unidas, debe ser el pueblo libio "el que elija su nueva Constitución, sus nuevos líderes y escriba el próximo capítulo de su Historia".