Con el Festival de Otoño Jaén se frota los ojos. Asistimos incrédulos a la metamorfosis de la ciudad a través de un trimestre cuando el año encara su final. Y lejos de asumirlo con la melancolía que pudiera producirnos pasear por el Paseo de la Estación repleto de hojas caídas, bajo un atardecer temprano y con el frío entrando en nuestros cuerpos, viajamos a través de los sentidos encontrando en un escenario el mejor de los regalos.
El sábado pasado así sucedió en la Plaza de Santa María por la noche con la Orquesta Sinfónica y el Coro del Festival de Otoño. El autoestima colectivo de esta ciudad se dispara cuando Jaén comprueba lo que esta ciudad es capaz de hacer y ofrecer. Y si los momentos así lo protagonizan quienes son de aquí, mejor.
Con la emoción aún latente por lo vivido el sábado en la Plaza de Santa María, y en idéntico sentido, se hace necesario recordar a quien hace dos años allí mismo nos demostró lo que un jiennense es capaz de hacer a través de la música cuando el Festival de Otoño regresa por septiembre: lo de Chico Pérez con el piano tocando a las puertas de la Catedral de Jaén.
Ahora, a la vuelta de dos años de aquello, Chico Pérez se anuncia en los carteles de la Bienal de Sevilla. Comparecerá en el Auditorio Cartuja estrenando “Con Acento XL” formando collera con el instrumentista de viento Sergio de Lope. Llevará en el repertorio su fundamental “Gruserías” , el conmovedor tema “Callejón del Agua” que en la voz de Manuel Lombo eleva a sublime esta evocación al Barrio de Santa Cruz y a las puertas de nuestra feria de San Lucas sonará en Sevilla su “Paseo por la Alameda” donde la obra del Maestro Cebrián se aflamenca y cobra aires de Jazz mientras quien la oye, no sabe, que de fondo Chico Pérez lleva en su música al Jaén que le vio nacer. Con el himno de nuestra ciudad y la marcha de El Abuelo sonando al piano como si lo hubiera plantado en pleno centro del parque más antiguo de nuestra ciudad, para no olvidar que Jaén también tiene su pellizco flamenco y que brota en artistas como él.
Y aquí es donde está lo importante, porque él tendrá el privilegio de ser el primer artista de Jaén, Jaén que protagonice por méritos propios parte de la Bienal de Flamenco de Sevilla. Un hito que debe resaltarse en este Jaén que es capaz de parir artistas de esa magnitud, que brillan con luz propia en el firmamento musical y que no reniegan de la tierra de la que un día partieron para poder alcanzar una magnitud cuyo talento tal vez esta ciudad aprisione en su crecimiento.
Y Chico, que sólo tiene de minúsculo el apelativo familiar con el que le conocen, no para de crecer en la música y de sumar éxitos como el que le va a llevar a donde ningún otro artista del flamenco nacido en esta ciudad había conseguido hasta ahora: estar anunciado en la Bienal de Sevilla.