El jurado, que decidió por unanimidad todos los premios, reconoció con la Alhambra de Plata al mejor director a Masahiro Kobayashi, cineasta japonés que ha conseguido retratar en su película Haru's Journey conflictos tan universales como los valores de la familia y las diferencias generacionales.
Iván Giraud, portavoz del jurado, fue el encargado durante una conferencia de prensa de dar a conocer el palmarés.
La Alhambra de Bronce, premio especial del jurado, recayó en The Light Thief, de Aktan Arym Kubat, por el retrato de la vida cotidiana en un país, Kirguistán, antigua república soviética, “ausente de los medios de comunicación” internacionales.
La coproducción germano-sudafricana Life, Above All, de Oliver Schmitz fue reconocida con el premio del público, otorgándose una mención especial del jurado a la película Microphone, de Ahmad Abdalla, rodada meses antes de las revueltas populares de Egipto y que pone de manifiesto, según Giraud, la “necesidad de los cambios”, en este país norteafricano.
Un jurado que mostró su “preocupación por el futuro de un festival” cuyo presupuesto se ha visto recortado en su quinta edición, dejando fuera iniciativascomo la proyección gratuita de filmes .
“A pesar de la crisis económica que nos afecta a nivel mundial, creemos que una apuesta de esta dimensión debe mantenerse y perdurar en el tiempo”, señaló Giraud.