El Hospital Virgen del Rocío de Sevilla y el Instituto de Investigación de Honda en Japón están a la vanguardia en el desarrollo de tecnología para mejorar la vida de los niños con cáncer gracias a Haru, un robot compañero y amigo. Este innovador proyecto, que ya se está implementando en la planta de oncología pediátrica del hospital, promete transformar el cuidado tanto clínico como emocional de los jóvenes pacientes.
Este proyecto, llamado Haru-in-Hospital, es posible gracias a la coordinación de la Asociación Española para los Efectos del Tratamiento del Cáncer y el Instituto de Investigación de Honda en Japón con la colaboración de diversas instituciones clave, como la empresa sevillana de Inteligencia Artificial 4i, el grupo de investigación de Lingüística Computacional JULIETTA de la Universidad de Sevilla, el Grupo de Robótica de la Universidad Pablo de Olavide, e IDMind (Portugal).
El robot Haru está diseñado para integrarse en cuatro escenarios fundamentales del día a día de los niños en la unidad de oncología pediátrica:
- Aplicación de pruebas de evaluación dirigidas por el robot: Haru apoyará a los neuropsicólogos en la realización de evaluaciones emocionales y cognitivas.
- Haru en la multisala de juegos y colegio: Haru ofrecerá entretenimiento, estimulación cognitiva y apoyo educativo interactivo y personalizado a los niños, conectándolos además en sus centros educativos o amigos fuera del hospital o de otros hospitales.
- Haru compañero de habitación: Haru convivirá con los pequeños pacientes, brindando apoyo emocional y ayudándoles a llenar las largas horas de hospital.
- Haru como asistente médico: Haru ofrecerá asistencia a los doctores, actuando como mediador que ayuda a explicar procedimientos de manera divertida y cercana.
Estas áreas están estrechamente relacionadas y abarcan una gran parte de la experiencia diaria de los niños, mejorando su bienestar tanto a nivel clínico como emocional. Un ejemplo clave de esta mejora se da en la aplicación de las pruebas de ansiedad, esenciales para evaluar el estado emocional de los niños a lo largo del tratamiento oncológico. Actualmente, el equipo neuropsicológico del hospital realiza alrededor de 360 evaluaciones anuales a los 120 niños diagnosticados cada año, en tres momentos críticos: al inicio, en la fase central y al final del tratamiento. Con la ayuda de Haru, este número aumentará significativamente, pasando de 360 a 750 evaluaciones anuales, ya que cada niño será evaluado en cada ingreso para tratamiento.
En las consultas de seguimiento, que se realizan durante los 10 años posteriores al tratamiento, Haru también marcará una diferencia considerable, permitiendo incrementar las evaluaciones de ansiedad de 100 a 2.750, asegurando así la atención a todos los niños en seguimiento. En cuanto a la evaluación de los supervivientes, se pasará de las 50 evaluaciones actuales a 1.000. En total, sólo en lo que se refiere a la evaluación del estado de ansiedad, Haru permitirá realizar 4.500 evaluaciones anuales, en comparación con las 510 actuales. Estos avances también se aplicarán a otras pruebas de evaluación neurocognitiva que ya se están desarrollando para Haru.
Una de las mayores fortalezas de Haru es su enfoque holístico. Este robot no solo mediará en la realización de pruebas emocionales y cognitivas, sino que también proporcionará entretenimiento, apoyo educativo, y ayudará a los profesionales de la salud en la explicación de procedimientos médicos de una manera cercana y comprensible para los niños. Además, Haru será capaz de controlar las constantes vitales de forma periódica.
Todo esto es posible gracias al sofisticado sistema de Haru, dotado de Inteligencia Artificial y Modelos de Lenguaje Masivos (LLM), lo que permite mantener conversaciones interminables sobre cualquier tema, ya sea inventar historias, contar chistes o hablar de dinosaurios.
Para la Asociación ETC, es un honor coordinar este ambicioso proyecto, que cambiará la vida tanto de los niños como de los profesionales en oncología pediátrica. Agradecemos profundamente al Instituto de Investigación de Honda en Japón por permitirnos ser parte de este sueño, y a Honda Motor por apostar por una iniciativa que mejorará significativamente la calidad de vida de los niños con cáncer.