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Sevilla

Navidad en el comedor social de San Vicente de Paul

Las hermanas de la Caridad y los voluntarios preparan un comida especial para que los más necesitados disfruten de la Nochebuena

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  • Navidad en el comedor social San Vicente de Paúl. -
  • Todos los días acuden al comedor entre 260 y 300 personas y ha cambiado el perfil: menos personas mayores y más jóvenes e inmigrantes

Las Hermanas de la Caridad que regentan el comedor social San Vicente de Paúl del barrio sevillano de la Macarena, junto con voluntarios que les ayudan, hicieron ayer un esfuerzo extra para que los más necesitados puedan disfrutar también de la Nochebuena y, además de darles de comer, les preparan un menú especial para la noche.

Desde muy temprano por la mañana, las religiosas y voluntarios han trabajado en la cocina para hacer la comida -sopa de picadillo y hamburguesas de pollo para que puedan comer los musulmanes, además de dulces de Navidad- y para preparar unas bolsas especiales que se llevan para cenar en la calle o en sus casas con embutidos o tortilla de patatas, queso, langostinos, turrón y mantecados.

Algunos de estos productos los compra el comedor, pero otros son donados por particulares y empresas que colaboran.

La hermana María del Carmen Sosa, que dirige el comedor, dice a EFE que "lo más importante" no es la comida que les dan, sino "la acogida que les queremos ofrecer para que la tristeza que puedan traer se convierta en alegría, en la alegría de la Navidad".

Esta hermanad de la Caridad explica que todos los días acuden al comedor entre 260 y 300 personas y que en los últimos años ha cambiado el perfil: menos personas mayores y más jóvenes e inmigrantes.

Para las monjas y las personas que les ayudan, dice sor María del Carmen, "Belén son los pobres y hoy queremos rendirles el homenaje que le rindieron los pastores a Jesús y más tarde también los Reyes Magos, que le ofrecieron lo que tenían. Nosotras queremos ser pastores y reyes".

Una de las voluntarias, Pilar, lleva 31 años ayudando en este comedor y ratifica que ahora "viene más juventud y más extrajeros, antes venían más personas que estaban en la calle y ahora personas que por circunstancias de la vida han tenido que recurrir a esto y las recogemos con muchísimo cariño".

"Ojalá todo el mundo tuviera un sitio donde comer, pero desafortunadamente no tiene pinta de eso porque vamos cada día a más", se lamenta Pilar.

Andrés Pérez Caro es un joven de la Hemandad de la Macarena que cuenta que en un día tan especial como la Nochebuena intentan amenizar a los más necesitados cantando villancicos y acompañándolos mientras comen antes de ocuparse también de las personas mayores que viven en la residencia de las Hermanas de la Caridad.

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