El calor sofocante marcó el primer sábado de rebajas, y eso hizo mella en la afluencia de consumidores al centro de la ciudad, donde la jornada del viernes dejó una mayor afluencia. Como suele ser habitual, la gente aprovechó las primeras horas para hacer sus compras y buscar esos artículos que ya habían elegido y que ahora buscan a un menor precio.
En los establecimientos del centro hay dos opiniones que, si bien no están enfrentadas, difieren sensiblemente. Y es que mientras que el personal de las grandes firmas es optimista a la hora de valorar cómo se presentan estas rebajas, quienes regentan comercios tradicionales no confían en que la cosa cambie mucho con respecto a años anteriores.
Las grandes superficies no tienen el problema de estos comercios, ya que tienen en el aire acondicionado un aliado fundamental. La gente optó así por ir de tiendas desde por la mañana, para después irse a casa o almorzar en algunos de los establecimientos que existen en centros como Área Sur, y retornar a la actividad por la tarde. Cuando comenzó a pasar el calor, la afluencia volvió a ser muy notable, aunque también hubo mucho paseo y compras contenidas.
Consumidores
El consumidor tiene las mismas quejas de siempre, centradas fundamentalmente en que los precios no son muy bajos pese a que en teoría están rebajados y a que las tiendas abusan de poner en venta artículos de otras temporadas. También hay críticas sobre el género en venta. “¿De dónde han salido estas prendas?”, se quejaban unas clientas en una gran superficie, en la que habían constatado que “el vestido que me compré hace unos meses está al mismo precio, pese a que en la etiqueta aparece como rebajado”.
En esta línea, exponen que “fuera de los montones de ropa, no se notan mucho las rebajas”.
