El Teatro de la Maestranza acoge una de las joyas más codiciadas del repertorio clásico: El Corsario. El Ballet Nacional de Estonia, con más de 150 años de historia, llega a Sevilla para presentar una versión especialmente renovada de esta obra maestra, firmada por José Carlos Martínez, uno de los más grandes coreógrafos contemporáneos. Esta producción promete conquistar tanto a los amantes del ballet como a los nuevos espectadores que se adentran en la magia de la danza clásica. La última función es este sábado 11 de enero.
El Ballet Nacional de Estonia, bajo la dirección de Linnar Looris, se presenta como un referente indiscutible en el mundo de la danza clásica. En esta ocasión, traen consigo una obra renovada que marca la diferencia: El Corsario, una historia de amor, traición y aventuras marinas, llena de exóticos paisajes y pasiones desbordadas.
La coreografía de José Carlos Martínez, director del Ballet de la Ópera de París y antiguo líder de la Compañía Nacional de Danza de España, aporta una nueva mirada sobre este clásico. Su versión, aclamada por la crítica, presenta la historia de amor entre el corsario Conrad y la bella Medora, en un relato marcado por la complejidad técnica en la danza y la brillantez visual de los decorados. Martínez ha logrado simplificar la obra en dos actos, manteniendo la esencia de la historia pero dándole un ritmo ágil que cautiva desde el primer momento.
Aunque El Corsario se estrenó en París en 1856, la versión de Martínez, que ya ha recorrido escenarios como el Festival de Granada, es única. Esta revisión resulta refrescante, mostrando una estructura más ágil y centrada en los momentos de belleza y emoción. La obra está impregnada de la intensidad emocional de la historia de amor entre Conrad y Medora, sin perder el virtuosismo que caracteriza el ballet clásico.
La escenografía y el vestuario, a cargo de Iñaki Cobos, enriquecen aún más la obra con una paleta de colores brillantes y detalles que transportan al público al exótico mundo de la historia. La música, con la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla en el foso, bajo la dirección de Kaspar Mänd, se convierte en un pilar fundamental para la atmósfera. La interpretación de las melodías de Adolphe Adam, Cesare Pugni y Léo Delibes, entre otros, da vida a las piruetas y saltos de los bailarines.
El cuerpo de baile del Ballet Nacional de Estonia brilla en todo momento, especialmente en las secuencias más difíciles y técnicas de la obra o en las escenas de las bailarinas en el Jardín Encantado. Destacan, entre otros, la delicadeza y elegancia de Ami Morita, quien interpreta a Medora, y el brillante Conrad de Joel Calstar, cuya interpretación transmite tanto el carácter heroico del corsario como su emocionalidad en los momentos más íntimos.
La actuación de los solistas es igualmente destacable. Akane Ichii, como la amiga de Medora, Gulnara, aporta una gran energía, mientras que el villano Lankedem, interpretado por Finn Adams, transmite la maldad y la traición que dinamizan la trama. También brillan Antonio Gallo como Ali y Francesco Piccinin como Birbanto, quienes dan vida a los secundarios con gran destreza técnica.
El público sevillano, que llenó el teatro de la Maestranza en la noche del estreno, agradeció con efusivos aplausos una interpretación impecable, tanto por la destreza de los bailarines como por la delicadeza de los detalles en vestuario y decorado que ofreció esta versión. La magia del ballet, la pasión de la música y la elegancia de la danza se fundieron para crear una velada inolvidable.
Este Corsario es, sin duda, una travesía que no solo navega por los mares de la danza clásica, sino que también conquista corazones en cada giro y salto. El Teatro de la Maestranza se ha convertido en el puerto de llegada de una obra que, con su destreza y belleza, permanecerá en la memoria de todos los que tuvieron la suerte de ser parte de esta velada excepcional.