El Conjunto Arqueológico de Itálica, ubicado en Santiponce (Sevilla), se encuentra en el centro de un ambicioso proyecto que busca situarlo en el mapa del patrimonio cultural europeo y mundial. La Junta de Andalucía, en colaboración con Grecia e Italia, ha iniciado los trabajos para presentar una candidatura transnacional que permita a Itálica obtener el prestigioso Sello de Patrimonio Europeo y, al mismo tiempo, reformular su propuesta para ser incluida en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco.
La iniciativa fue presentada durante las jornadas 'Itálica en Europa y en el Mundo', organizadas por la Consejería de Cultura y Deporte los días 22 y 23 de enero en el Palacio de Altamira, sede de la institución en Sevilla. En este encuentro participaron técnicos del Ministerio de Cultura y Deporte, expertos internacionales, representantes de los gobiernos de Italia y Grecia y académicos de las universidades sevillanas, quienes debatieron sobre los pasos necesarios para lograr este doble reconocimiento.
Un proyecto transnacional sin precedentes
La secretaria general de Patrimonio Histórico, Mar Sánchez Estrella, destacó durante la inauguración del evento que "la Junta de Andalucía está trabajando junto a los técnicos del Ministerio de Cultura, así como con los representantes de los gobiernos de Grecia e Italia", con el objetivo de presentar "una candidatura conjunta al Sello Europeo de Patrimonio". Este reconocimiento sería histórico: no sólo sería la primera vez que un enclave andaluz obtiene este sello, sino también la primera candidatura transnacional que logra este distintivo.
La propuesta incluye tres enclaves arqueológicos estrechamente vinculados al emperador Adriano: Itálica, lugar donde nació y desarrolló un ambicioso programa urbanístico; Villa Adriana en Tívoli (Italia), donde el emperador estableció su residencia en los últimos años; y Atenas, ciudad donde fundó un barrio con su nombre y dotó a la urbe griega de importantes infraestructuras. Según Juan Manuel Cortés Copete, catedrático de Historia Antigua en la Universidad Pablo de Olavide, estas tres ciudades representan "la cuna de Europa". En sus palabras, son lugares donde "se alumbró un concepto de ciudadanía, nacido en Grecia, adoptado en Roma y desde allí difundido por todo el Imperio, que estaba basado, hoy como ayer, en el ejercicio de la ley y la cultura como fórmulas para el progreso y el entendimiento universal de los pueblos".
El Sello Europeo de Patrimonio pone énfasis en destacar lugares que hayan desempeñado un papel crucial en la historia y cultura europeas. Para obtenerlo, las candidaturas deben demostrar su relevancia histórica transfronteriza o paneuropea. De prosperar esta propuesta, Itálica se convertiría en un referente para las futuras generaciones al simbolizar valores comunes como la integración cultural y el entendimiento entre los pueblos.
Una ciudad ceremonial
De forma paralela a esta candidatura europea, los expertos reunidos durante las jornadas trabajan también en una nueva formulación para que Itálica sea reconocida como Patrimonio Mundial por la Unesco. La primera propuesta bajo el concepto 'Itálica, ciudad adrianea' no prosperó debido a que ya existen numerosos sitios romanos declarados patrimonio mundial con una cronología similar. Ahora, se apuesta por destacar a Itálica como una "ciudad ceremonial", un lugar único diseñado por Adriano para integrar elementos arquitectónicos romanos y helenísticos.
El asesoramiento internacional está siendo clave para esta nueva estrategia. Cipriano Marín, experto que participó en la candidatura exitosa de la Ribeira Sacra gallega como Patrimonio Mundial, colabora junto al catedrático Fernando Lozano (Universidad de Sevilla) en este proceso. Itálica fue concebida como un espacio ceremonial destinado a convocar grandes eventos colectivos, con infraestructuras excepcionales como un anfiteatro capaz de albergar hasta tres veces la población local.
En Itálica, el emperador Adriano se ocupó de "retomar los discursos políticos y artísticos anteriores, dotándolos de una presentación novedosa y poniéndolos al servicio de una nueva idea: la de ciudad ceremonial, pensada para convocar en momentos muy concretos a una inmensa cantidad de visitantes, de peregrinos". Una ciudad, y unos ceremoniales, destinados a exaltar un nuevo modelo de romanidad, fundamentado en la figura del emperador como sustento del Estado, que sigue un paradigma ideológico-urbanístico bien conocido en el Oriente griego y el Occidente romano. De este modo, Itálica se convierte en modelo para otras ciudades.
Además, se subraya su estado de conservación como un elemento diferenciador respecto a otros enclaves mediterráneos. A diferencia de Éfeso o Pérgamo, muchas estructuras originales permanecen intactas. Esto convierte a Itálica no sólo en un testimonio excepcional del urbanismo romano-helenístico sino también en un modelo único dentro del contexto histórico del Imperio Romano.
Con vistas al futuro, se espera que previsiblemente España seleccione una nueva candidatura al Sello Europeo en 2027. Mientras tanto, Andalucía avanza con paso firme hacia dos reconocimientos que pondrían a Itálica entre los lugares más emblemáticos del patrimonio mundial.