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Torremolinos

Nuestra Macarena Soto

Ilustre maestra de nuestra Macarena de Torremolinos fue Adelfa Soto, hija de la inolvidable Niña de la Puebla.

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Interpreta magistralmente y con profundo sentimiento la universal canción con letra de Rafael de León y música del maestro Solano, "¡Ay, Torre, Torremolinos!". En estos días hemos tenido el privilegio y el placer de escucharla en el programa televisivo de Canal Sur "Se llama Copla", al que concursa. Todo Torremolinos se ha volcado en ella. Cuenta con el cariño, el apoyo y el aplauso del Torremolinos de su luz primera. Aquí encendió la chispa del arte que consume las notas en su garganta de oro. Ella es la estrella y la luna de nuestras Ferias, de nuestras veladillas, de nuestras fiestas. Si una causa benéfica lo requiere, ahí está ella, siempre dispuesta y espontánea, de pie sobre el estrado del pentagrama, desgranando el corazón de la Copla, deshojando la margarita de las emociones.

No solamente Torremolinos la aplaude y admira. De toda Málaga es ella vibración sonora, de todo pueblo, de todo barrio, allí donde la alegría del pueblo hierve, cuando el fuego de las fiestas patronales enciende los corazones. Nuestra Macarena de Torremolinos también cultiva su huerto musical en el jardín grande de Andalucía, que es el paraíso y el cielo de la Copla. Aquí se eleva ya al cénit el lucero de su merecida popularidad, entre las estrellas rutilantes de Rocío Jurado, Juanita Reina, Lola Flores, Concha Piquer, Estrellita Castro, Marifé de Triana, Isabel Pantoja… Pero nuestra Macarena no cabalga tan solo sobre el corcel de la Copla: la canción ligera, melódica, y la Saeta, le son al par caballito de doce y un cascabeles. En el libro de las tablas de Macarena Soto hay una página dorada que reza: "Programada para el éxito".


Allá por 1990 se le encendieron las glorias a Macarena. Hasta en la playa se alegraron las hamacas, que cuna quisieron serle. La música le fue lluvia que empapó sus apetencias. El arte andaluz se le coló a chorros y se hizo sangre en sus venas. Fue su ilustre maestra Adelfa Soto, hija de la inolvidable Niña de la Puebla. Calidad de origen. Pata negra de la canción. Lleva Macarena el marchamo de la gloria. Y ese maestrazo que es Pedro Gordillo, malagueño de purísima cepa, auténtico Picasso de la Copla, fue el escogido por las musas para trenzar y afirmar las cuerdas de oro de nuestra soberana artista.

Arrancóse definitivamente Macarena en esto del cante cuando en la Semana Santa del 2005 le entonó sendas saetas a la Virgen del Calvario y a la de los Dolores. Las saetas son pétalos inmarchitables en el jardín frondoso de sus delicias. Ya el ánimo incandescente, las tablas comenzaron a serle colchón de plumas cuando esa imponente voz de Remedios Cortés, emperatriz de la tonadilla en Torremolinos, amadrinó su ensueño. Desde entonces, un diluvio de galas a lo largo y ancho de todas las geografías ha convertido en bosque el arbolito artístico de nuestra Macarena Soto. Premios como aquel primerísimo del Concurso de Copla de Fuenlabrada y el también premio primero del Festival nacional de la Canción Española de Molino Derribao, en las murcianas tierras, son la pura elocuencia y el certificado de la valía de nuestra diva torremolinense.
Como soles de oro esplenden sus discos "Ventanas al mar" y "Solo mío". Y más que ya están agolpándose en la puerta del éxito, que se abre ancha para nuestra Macarena Soto de Torremolinos.

MACARENA SOTO
DE TORREMOLINOS
(Poema de J. A. San Martín)

Torremolinos es flor
con pétalos de canciones,
fragancia de corazones,
del alma ensueño y color.

La gracia se hace solera
en sus coros rocieros:
tiene encantos marineros
su donosura palmera.

En las voces populares
la Copla es gran soberana;
su armonía, filigrana
del cantar de los cantares.

Una estrella en lo remoto
destaca ya fascinante,
cada vez más fulgurante:
ella es Macarena Soto.

Sus cuerdas son torbellinos
de eufónicas vehemencias
que envuelven con sus cadencias
a todo Torremolinos.

Su figura de guitarra,
de volantes singulares
y un corazón de lunares,
lozanía despilfarra.

Exultante sembradora,
ovaciones recolecta;
su antología selecta
del ánimo es seductora.

Ascendente su aureola,
ha de ser en su momento
lucero del firmamento
de la música española.

Vibración encantadora
que hace trepidar el arte,
con todo el pueblo comparte
ya el despuntar de su aurora.

Lo mismo que un terremoto
que pone en pie a la afición
y la llena de emoción,
así es Macarena Soto.

(Del libro "Torremolinos,
mi sol, mi amor")

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