Meyer afirma que el Gobierno “pretende tomarnos por tontos cuando dice que se trata de un escudo defensivo”, cuando según apunta, “quedó clarísimo en el último encuentro en Lisboa que no descartaba en adelante el uso de armas nucleares, por tanto, el mensaje es, estoy dispuesto a usar armas nucleares y además voy a poner un escudo antimisiles para no ser atacado en caso de que yo use armas nucleares”.
El eurodiputado afirma que esta decisión es una clara “invitación a la carrera armamentística” internacional y apunta que esta carrera es “imparable y supone una ofensiva de la OTAN para intervenir en la cultura de la sangre”. Para Meyer, “el mundo no está para carreras armamentísticas, con 70.000 personas que mueren diariamente mientras nos gastamos 4.000 millones de euros diarios en armamento, esto es una inmoralidad y el escudo antimisiles ayuda a seguir manteniendo esta inmoralidad, mientras lo que necesita el mundo es aprovechar todos estos recursos para luchar contra el hambre”.