La pasada semana recibieron sus cartas de despedido los 176 empleados municipales afectados por el Expediente de Regulación de Empleo en el Ayuntamiento de Estepona. Entre ellos, el que desde hace once años era el paleontólogo municipal, José Luis Vega Peláez.
Al parecer, según ha podido saber DIARIO SOL, una vez finalizada su vinculación laboral con el Consistorio esteponero, ha optado por retirar del museo municipal, situado en la Plaza de Toros, toda su colección, entre la que había piezas personales y también de propietarios privados que se las habían confiado con el fin de hacer de este museo, único paleontológico de la provincia, en todo un referente a nivel mundial, especialmente por las piezas del período del Plioceno que albergaba.
Sería conveniente conocer las condiciones de la cesión de esas pieza al Ayuntamientos, para saber si una vez concluido su contrato laboral, la retirada de las piezas debe ser inmediata, tal y como ha sido, aunque hasta el momento fuentes oficiales no han ofrecido una información al respecto. Lo normal sería inventariar, ya que en las instalaciones también hay otras piezas, entre otras unos grandes dinosaurios, que fueron adquiridos con fondos de la Fundación Antonia Guerrero, aunque la mayor parte de la colección pertenecía o era custodiada por el hasta la semana pasada paleontólogo municipal, reconocido a nivel internacional, y con importantes investigaciones en Atapuerca a sus espaldas.
Su vinculación con el Ayuntamiento de Estepona se remonta al año 2000 cuando él y su esposa, también paleontóloga, trajeron una exposición temporal a la localidad. Tal fue la repercusión y valor de las piezas expuestas, que poco después se le propuso hacerse cargo del museo. Una zona de exposición que, a nivel local, quizás nunca haya tenido el reconocimiento que se merecía entre los vecinos, pero que en el mundo de la investigación paleontológica contaba con un gran valor.
¿Ha actuado de manera correcta llevándose la colección? Esperamos respuesta municipal al respecto, pero lo que está claro es que Estepona ha perdido un gran investigador y, peor aún, una colección de gran valor por la que la localidad era conocida entre la comunidad científica internacional.
