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España

El complicado laberinto boliviano

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El referéndum sobre la nueva Constitución boliviana ha mostrado la división en que sigue sumida el país andino. Desde el balcón del Palacio Quemado, Evo Morales hablaba de la “victoria nacional a la nueva Constitución boliviana”.

Según los últimos datos a pie de urna, el 60% de casi cuatro millones de bolivianos respaldaron la nueva Carta Magna prevista por el Gobierno boliviando en su intención de “refundar” el país. Morales tuvo amplio apoyo en sus zonas pero fracasó en otras. Así, la mayoría del caudal de votos tuvo su origen en la capital La Paz, donde el electorado se volcó en una zona con más de 1,2 millones de habitantes, donde se impuso el sí de apoyo al proyecto de Morales con el 77%.

Otras zonas donde también se impuso fue en Oruro, Potosí y Cochabamba. Sin embargo en las provincias de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando donde domina la oposición triunfó al no gracias a la propaganda desplegada desde los autonomistas de derecha que calificaban a la Constitución de “indigenista y estatista”. En la otra pregunta planteada en el referéndum, acerca de la extensión máxima de los latifundios, de 10.000 o 5.000 hectáreas, ganó la última con un abrumador 73%. La clásica división entre collas y jampas se mantiene en Bolivia.

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