“El fenómeno de los desahucios no se puede arreglar ni medir a contrarreloj, apremiados por algunas primeras páginas de diarios. No se puede afrontar sólo con cambios en la Ley Hipotecaria. Solventar el problema de los desahucios, que es una acción inaplazable, no arregla el problema de la falta de vivienda. “tenemos que buscar mecanismos que permitan a las personas tener un hogar, máxime cuando el parque de viviendas vacías es inmenso”, ha declarado el director de Cáritas, Francisco Domouso, en la presentación de las jornadas dedicados a los sin techos que se ha puesto en marcha desde dicho organismo y desde el Obispado de Asidonia Jerez.
Incidía Domouso en que “el problema de los desahucios no es sólo una cuestión entre la sociedad y los bancos. Muchas otras instituciones han favorecido los desahucios: instituciones públicas con responsabilidad social, como son los ayuntamientos, las diputaciones, los gobiernos autónomos, las empresas promotoras públicas o la Seguridad Social”.
Es más, abundaba en que “unos de los problemas es cómo la ley, la superestructura trata al desahuciado. El enorme peso de la burocracia, de los servicios jurídicos de las instituciones, de la administración de Justicia aplasta literalmente a esa persona, que termina entregándose como cordero al matadero y que, además de perder su hogar, llega a desconocer el importe que sigue debiendo posteriormente”, agregando que “desde Cáritas se está trabajando con algunas de estas familias que se encuentran en un proceso de embargo o desahucio, asesorándolos, acompañándolos, confortándolos y procurándoles alivio en tan penoso trance y buscándoles salidas”. Aunque sin dar cifras, Domouso dijo que en el 90% de los casos en los que la institución ha mediado se ha conseguido paralizar el desahucio.
Domouso fue muy claro en su exposición de los hechos y afirmó que, desde Cáritas “la vivienda la consideramos como una prioridad, como un derecho que tiene que ser promovido por la Administración y debemos recordarle a esa misma Administración que debe ser, que es, la garante del acceso, sostén y defensa de los derechos de todas las personas. Por eso debemos exigir que los derechos se doten de presupuesto. Los regalos son optativos, los derechos, no”.
nuevos sin techo
Y es que la falta de vivienda o los desahucios está forzando, según significó el director de Cáritas “la llegada a la calle de personas con características distintas a las habituales hasta ahora, como podían ser la pérdida de trabajo, la ruptura de los lazos familiares, el entorno social deteriorado, la soledad o las drogodependencias. Ahora nos encontramos a inmigrantes en situación irregular, a personas que encadenan relaciones laborales precarias, a desempleados de larga duración y a otros que han pasado largos periodos en la economía sumergida y que no tienen mecanismos de protección social. Son personas que han bajado al último peldaño y otros que lo han bajado y que viven en determinados recursos asistenciales o que ellos se buscan en ciertas pensiones o realquilados en habitaciones o en casas de acogidas en casos de violencia doméstica”.
Eso sí, hacía un llamamiento porque “desgraciadamente todos somos candidatos a vivir en la calle, porque están desapareciendo los mecanismos sociales de estabilidad y la solidaridad no puede por sí misma sustituirla”, explicando que la cobertura que las familias están haciendo a sus allegados más necesitados está provocando una serie de conflictos “bien por hacinamiento o falta de autoridad, que obliga a algunos de los miembros de la familia a vivir finalmente en la calle, al mezclarse los roles de autoridad entre abuelos, padres, cuñadas, etcétera. Hay personas que dependen en exclusividad de las pensiones de abuelos y abuelas”, significando que “el sistema económico actual, a toda potencia está generando ocasiones que propician la exclusión social. El ultracapitalismo liberal existente solo permite un lavado de cara social ya que la rentabilidad de las grandes empresas no tienen en cuenta a las personas”.
Ofrecía además un dato concluyente y alarmante ya que “no solo los desocupados son los que están viviendo el problema de la crisis, de la falta de vivienda o han llegado al umbral de la pobreza, hay un 13 por ciento de los ocupados, de personas que tienen algún tipo de relación laboral, que se encuentran por debajo del umbral de la pobreza”.
Sin vuelta atrás
Cáritas, expuso con meridiana claridad Francisco Domouso, “está siendo arrasada por la incorporación de una auténtica legión de personas que llaman a nuestras puertas, víctimas de esta injusta crisis, Ni deseamos ni podemos volver al asistencialismo, que es lo que percibimos como presión para dejar los proyectos de promoción y volver a la beneficencia. No queremos colaborar para seguir abriendo la brecha”.
Por esa razón, Cáritas asume el reto de salir a la calle y lo hará con motivo del Día de los Sin Techo y así el próximo jueves, a las doce del mediodía, se realizará en la calle Larga un acto con el fin de reivindicar los derechos de estas personas y el sábado 24 habrá una campaña de información y sensibilización a la altura de Los Cisnes. Y es que los datos son concluyentes al día de la fecha, siendo la realidad más cruda que unas cuarenta duermen en las calles de la ciudad o en viviendas abandonadas y en mal estado, personas de edades comprendidas entre los 19 y los 62 años.
Hay que tener en cuenta que hasta este año el número de personas que dormían en la calle no superaba las 25, pero se ha producido un considerable aumento de los jóvenes marroquíes ex tutelados que al cumplir los 18 años deben abandonar los centros tutelados y se quedan en la calle
Los marroquíes de 18 años extutelados viven en la calle problema”
850 personas han vivido este año en centros residenciales destinados a personas sin hogar: Albergue Municipal,Hogar La Salle, Hogar San Juan, Centro de Día El Salvador y los recursos de los que disponen colectivos como Yameiya y Accem. En todos los casos se trata de centros de larga y media estancia, en los que se trabaja en un proceso de reestructuración de la vida de esas personas. A todo ello hay que sumar las 577 atenciones que se han realizado para cubrir necesidades básicas y de orientación desde estos centros y otros como el comedor del Salvador, al que recurren 352 personas, de las que 248 lo hacen por primera vez, el servicio de acogida de Cáritas o el servicio de ropería y ducha del Hogar San Juan. La realidad más cruda son las 40 personas que duermen en las calles. Hasta este año el número no superaba las 25, pero se ha producido un considerable aumento de los jóvenes marroquíes ex tutelados que al cumplir los 18 años deben abandonar los centros tutelados y se quedan en la calle. Esos jóvenes son “carne de cañón” en la calle “cuando han vivido hasta los 18 años de forma extraordinaria y luego se les abandona a su suerte"”