Manuel A.S., el socio del exagente de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) acusado de haber participado en el robo de 154 kilogramos de cocaína y heroína de los calabozos de la Jefatura Superior de la Policía en Andalucía Occidental, ha negado su participación en esta sustracción, aunque sí ha reconocido que elaboró los paquetes 'falsos' con los que se dio el 'cambiazo' a la droga sustraída, y cuyo fin, no obstante, "desconocía". Sólo sabía que "era para simular cocaína", ha llegado a afirmar.
En la primera jornada del juicio que se está celebrando en la Audiencia Provincial de Sevilla, el acusado, para quien la Fiscalía solicita 17 años de prisión y el pago de una multa de nueve millones de euros, ha asegurado desconocer quién robó la droga y dónde se almacenaba la misma, pues nunca había hablado con el exagente de ello, e incluso ha negado haber entrado nunca en la Jefatura, "ni solo ni acompañado", ha dicho.
Al hilo de ello, el procesado ha señalado que fue el propio exagente de la Udyco quien, tras proponérselo "su jefe", le planteó realizar los paquetes 'falsos' que sustituyeron a los originales, tras lo que "le dije que tenía un juicio pendiente en Málaga" y "que, si a cambio, me podían echar una manilla", tras todo lo cual accedió a realizar estos paquetes.
Según ha precisado, Lars "llevaba un papel escrito" que empleó para "decirme el número" de paquetes que había que elaborar, su forma "e incluso, en algunos casos, el color", paquetes que "tenían que simular cocaína", por lo que, para ello, "cogí yeso, escayola, azúcar o polvos de talco".
Ha dicho que los paquetes los elaboró en dos ocasiones en sendas viviendas de Alcalá del Río --donde convivían en la fecha de los hechos-- y de Tomares y ha negado que su mujer, María Violeta S.G. --también acusada por el robo--, lo ayudara en la elaboración de los mismos, justificando que hayan aparecido sus huellas en el hecho de que se trataba de la cocina "y ella tocaba" por allí. "Jamás participó" en la elaboración de los paquetes, ha subrayado.
Incluso, un día "tuvimos una bronca gorda", porque "yo estaba elaborando los paquetes y tenía la cocina hecha una cochinera". "No le di explicaciones de lo que estaba haciendo, porque no era de su incumbencia", ha aseverado.
Asimismo, ha relatado que los paquetes se los entregó en dos ocasiones distintas al propio exagente imputado, que los cogía "y los metía en un maletero" de un vehículo "donde había alguien más", aunque ha dicho no poder identificar a esta persona.