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“En dos años hemos duplicado la atención que prestábamos”

Cruz Roja Española vuelve a lanzar una voz de ayuda a la sociedad para seguir atendiendo a quienes más lo necesitan. Esta vez no es sólo para los necesitados de Haití o Simatra, sino para atender a nuestro entorno más cercano.

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  • Concepción García, residenta provincial de Cruz Roja. -

Bajo el lema Ahora  + que nunca, Cruz Roja puso en marcha el año pasado una campaña con el fin de solicitar una mayor ayuda y compromiso de la sociedad para afrontar las consecuencias de esta crisis. La situación, según su presidenta provincial, es de emergencia social. Y tanto que lo es, en cuestión de dos años Cruz Roja ha duplicado su volumen de asistencia. Concepción García desgrana en esta entrevista la realidad diaria de esta organización de ayuda humanitaria.

—Llego a Cruz Roja jubilada, ¿a qué se ha dedicado profesionalmente durante toda su vida?
—He sido profesora de las universidades de Málaga y Sevilla, tengo la carrera de Enfermería y después hice Antropología.

—Por tanto, una persona con vocación de ayudar a los demás desde siempre...
—A mí me han gustado de siempre las personas y entiendo que la dignidad de las mismas es un elemento fundamental. He terminado de voluntaria en Cruz Roja porque me gusta trabajar por los demás.

—¿Cómo presidenta lleva cinco años, pero antes de eso ya era voluntaria?
—No, yo entré directamente como presidenta. He estado muy ocupada con mi trabajo y hasta que no me jubilé no me lo planteé. Creo que la jubilación es un buen momento para la solidaridad, porque todavía te sientes  joven y puedes aportar mucho. De hecho, aprovecho para invitar a todos aquellos jubilados que se sientan activos y que quieran seguir trabajando. Aquí hay mucho por hacer y todas las manos son necesarias.

—¿Y una persona que no ha pertenecido antes a la organización como llega a ser presidenta?
—Nuestra organización funciona por comités locales y son los socios y voluntarios los que los eligen. Después hay elecciones provinciales, autonómicas y nacionales, posteriormente se crea un comité nacional y éste es el que propone al presidente. A partir de ahí se va nombrando a los presidente autónomicos y estos a los provinciales. Hace cinco años, el presidente andaluz, José Mario Albacete, que me conoce, sabía que ma había jubilado y me propuso que fuese la presidenta en Cádiz, y así entré.

—¿Qué peculiaridades tiene Cádiz que no comparte con ningún otro sitio a la hora de desempeñar vuestro trabajo?
—Las peculiaridades que tiene en todos los ámbitos. Es una provincia con muchísima costa y pegada al norte de África, y eso nos convierte en puerta de entrada de la inmigración. Es la provincia con más paro de España y al mismo tiempo tiene un buen clima, con lo cual algunas cuestiones que están ocurriendo en otras provincias aquí se están evitando.

—¿Pero las dificultades serán mayores a la hora de trabajar, porque habrá más personas que precisan asistencia?
—Estamos terminando la memoria de 2012, por lo que los datos del año pasado no los tenemos del todo. Lo que sí le puedo decir es que en 2011 la asistencia aumentó un 40% con respecto al año anterior, y en 2012 hemos atendido a cuatro mil personas más con respecto a 2011. En total, estamos por encima de las 27.000 personas atendidas.

—¿Y como se sostiene?
—Tenemos varias fuentes de financiación y una muy importante son los socios. En la provincia tenemos más de 13.000 socios. Otra fuente importante son los voluntarios que aportan su trabajo para poder llegar a tantísimas personas. Ahora mismo en la provincia de Cádiz tenemos 3.800 voluntarios activos y con un tiempo asignado. A esto hay que sumar las aportaciones económicas que recibimos de las instituciones y administraciones públicas, las donaciones y los servicios que prestamos que también nos suponen alguna rentabilidad. Ahora estamos inmersos en una campaña, que lleva el título Ahora + que nunca, que está orientada a recaudar fondos para un plan contra la pobreza. Nunca habíamos hecho llamamientos para España, siempre lo habíamos hecho para Haití, para el Cuerno de África..., pero cuando la crisis empezó a azotarnos, el comité nacional se planteó hacer un llamamiento a la ciudadanía para crear programas en España. Estamos preparando una campaña para darle las gracias a los socios, para recordarles que menos mal que están ahí. Es importante dar las gracias y que sean conscientes de que gracias a ellos podemos serguir. También tenemos programas que se sustentan con aportaciones estatales y proyectos soportados por otras instituciones, como la Unión Europea o la Diputación de Cádiz, por ejemplo.

—Da la impresión de que con esta crisis se están recuperando viejos valores que parecían perdidos, como la solidaridad, el compañerismo o la misma humanidad, ¿en Cruz Roja lo estáis percibiendo así?
—La gente siempre ha sido solidaria, pero aun así nos seguimos sorprendiendo, porque la mayoría de las veces la solidaridad proviene de gente que a su vez necesita que la ayuden. El Día de la Banderita se me acercó una mujer y me dijo que sólo nos podía dar un euro, pero que tenía que hacerlo porque nosotros la ayudábamos a darle de comer a su familia todos los meses. Este tipo de cosas nos llenan muchísimo a todos los voluntarios de Cruz Roja y es lo que nos anima a seguir adelante.

—Tenéis un programa de acompañamiento a personas mayores con más de 400 voluntarios en Cádiz capital, ¿predomina la gente joven dentro de este programa?
—Hay de todo, jóvenes y mayores. Tenemos Cruz Roja provincial y Cruz Roja juventud para los menores de 30 años, y dentro de esta organización los jóvenes se dedican especialmente a la prevención de riesgos con jóvenes, y trabajan también con inmigrantes y niños. En esta organización de jóvenes prima el asociacionismo entre ellos para una labor humanitaria y funciona muy bien.

—¿Ahora que hay tanto desempleo, hay más gente dispuesta a ofrecer parte de su tiempo en ayudar a los demás?
—Cuando una persona está en desempleo, procuramos que entre en nuestro Plan de Empleo, porque buscar empleo es complicado y no desfallecer en el intento todavía lo es más. Con este Plan, acompañamos a las personas a su desarrollo para el empleo. Muchos jóvenes de la provincia de Cádiz abondaron rápidamente los estudios para trabajar en la construcción. Pero eso se ha terminado y lo más difícil es convencer a esas personas de que tienen que reciclarse. En el programa hacemos un acompañamiento, les ofrecemos una formación para el empleo y luego una búsqueda de nichos de empleo para poner en contacto a empresarios que no encuentran a un determinado trabajador con las personas que atendemos. Con la que está cayendo, el año pasado conseguimos un 32% de inserción laboral. No sé el dato concreto de este año, pero hemos aumentado. Estamos reforzando con dinero de la organización ese Plan, porque ahora es prioritario.

—¿Cuántas empresas están inmersas en este Plan?
—El año pasado firmarmos 40 convenios con empresas de la provincia para que las personas que atendemos pudieran realizar sus prácticas. Tenemos convenios con grandes superficies para formar a reponedores, con hoteles para camareras de piso, o panaderías para enseñar el procedimiento de cocción.

—Realizais labores humanitarias en países subdesarrollados y azotados por las catástrofes, ¿cómo se organiza todo ese dispositivo cada vez que ocurre una emergencia?
—En las misiones internacionales tenemos voluntarios y delegados, pero siempre trabajamos con la Cruz Roja del lugar. Si a la Cruz Roja de Haití, por poner un ejemplo, precisa apoyo se le da ordenadamente, y eso nos facilita mucho el trabajo de campo, porque estamos presentes en 187 países. Luego están los voluntarios que son gente experta, que igual sólo dedican 15 días a Cruz Roja al año, porque por lo general para ir a una misión tienes que aprovechar unas vacaciones en el trabajo o algo así. Ellos se comprometen con nosotros a estar permanentemente al día. Eso quiere decir, que Cruz Roja los entrena durante el año para esas misiones, y así tenemos por ejemplo expertos en potalizadoras de agua.

—¿Cuál es la filosofía vital de Cruz Roja para fomentar en la sociedad la solidaridad y la ayuda humanitaria?
—Desde su fundación, Cruz Roja tiene claros sus siete principios fundamentales que son los que marcan cada una de nuestras actuaciones en todo el mundo: humanidad como defensa de la dignidad humana; imparcialidad, es decir, no tomar partido nada más que por los vulnerables; neutralidad, para consevar la confianza de todas las partes en nuestra intervención; la independencia, por eso insistimos tanto con las campañas de captación de socios; voluntariado, porque es la base de nuestra manera de trabajar; unidad, porque no hay cruces rojas, sino una gran Cruz Roja Española, que a su vez está dentro de la Federación Internacional.

—¿Quiere añadir algo más?
—Aprovechando que me das esta oportunidad, quisiera agradecer a todos los socios, voluntarios y colaboradores su aportación y hacer un llamamiento a todos los que se quieran sumar, porque ahora mismo las necesidades son muchas.

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