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El Dulce Nombre y Quinta Angustia salvan la tarde del Viernes Santo

La cofradía salió más tarde de lo previsto para librarse de una ligera lluvia, pero finalmente tuvo que regresar precipitadamente al templo para librarse del temporal

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  • Mucho público en San Francisco -

La hermandad que dirige Milagros García de Veas sopesó hasta última hora la salida procesional, para finalmente aprovechar el claro que daba la tarde del Viernes Santo para salir en procesión. Así, pasadas las siete de la tarde, el cortejo del Dulce Nombre de Jesús y Nuestra Señora la Quinta Angustia puso rumbo a la calle San Francisco para estrenar nuevo itinerario a través de Romero Gago con salida por la calle Alta.


Sin embargo, la ausencia inicial de lluvias fue una anécdota, pues la cofradía tuvo que precipitarse para regresar al templo, así como cubrir con plásticos las sagradas imágenes para evitar su deterioro.


La tarjeta de presentación de la tarde del Viernes Santo fue un lleno absoluto en los alrededores de la parroquia de San Francisco y, ya en la procesión, los numerosos niños de todas las edades que abrieron el desfile, muchos aún de la mano de sus padres e incluso en carritos. La canastilla del Dulce Nombre apareció por el pórtico parroquial, decorada con claveles rojos y luciendo a ese niño que es santo y seña de su parroquia.



Después de un nuevo tramo de nazarenos vestidos con túnica blanca y capa, capirote y botonadura en color rojo, se mostraron enseres como el libro de reglas de la hermandad. Detrás, los acólitos portando sus ciriales y anunciando la salida del paso de Nuestra Señora de la Quinta Angustia con su hijo, el Santísimo Cristo de las Penas, entre sus brazos ya muerto; sin duda, una de las imágenes más explícitas de la Semana Mayor y que se encuentra entre las más tristes  y sobrecogedoras por su significado.


El bello paso fue decorado con claveles rojos salpicados de florecillas moradas, luciendo el tradicional sudario de Cristo aún colgado de la imponente cruz, a cuyas espaldas también se lució la escalera que sirvió para el descenso de Cristo de la cruz. La Virgen consiguió salir de San Francisco con sus velas encendidas, resaltando la escena en medio de una tarde que se hacía más oscura por minutos. De hecho, la tarde se cerró tanto que cuando la procesión llegó a la plaza de las Aguas daba la impresión de que era de madrugada por la oscuridad del cielo.
La procesión contó con el acompañamiento de la Agrupación Virgen de las Penas, de San Fernando.


Lástima que la tarde se tornara en lluviosa. Las imágenes tuvieron que retornar inexorablemente a su templo para cerrar una procesión que ya es historia. En cualquier caso, la hermandad del Dulce Nombre tiene, a diferencia del resto de hermandades locales, la oportunidad de renovar su ilusión el próximo domingo in albis con motivo de la salida de su sagrada imagen, esta vez como Jesús Resucitado. La cita tendrá lugar el próximo domingo 7 de abril, si Dios quiere.

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