Cuando una ciudad está a medio hacer o eternamente sin acabar, y además se descuidan ciertos espacios, se ve abocada a sufrir incomodidades en forma de problemas de salubridad, una imagen pésima e incendios que crean alarma. Ayer le tocó el turno al espacio situado en el cabezo de la Joya lindando con el ambulatorio de Adoratrices, a dos pasos del centro, donde un incendio de pastos afectó en parte a unas chabolas cercanas y creo un gran susto por su gran humareda y la visión de las llamas desde tres arterias principales de la ciudad, que volvió a dejar en evidencia que una ciudad hay que terminarla y mantenerla como se merece. En Huelva hay demasiadas viviendas vacías, como las de Tres Ventanas de donde tuvieron que salir sus propietarios para que quedaran como un monumento a la ineficacia y ahora nada de nada. Pero es más grave aún si cabe, cuando se vive esa situación en pleno centro de la capital, en el espacio abierto a los visitantes que en demasiadas esquinas se topan con edificios a medio terminar o solares tapiados, que dejan ver suciedad y abandono. La crisis puede que haya detenido algunas cosas, pero, hay problemas que vienen de antes de que las cosas fueran mal a las que no se les ha dado solución nunca, cuyo urbanización se ha ido demorando, como en el solar del antiguo mercado del Carmen, convertido en bolsa recaudatoria de aparcamientos y sin visos de ser algún día la plaza que se prometió y rodeada de solares convertidos en sucios aparcamientos. De estas cosas es de las que hay que ocuparse ahora y no de anunciar si uno va a volver a presentarse a la reelección como alcalde o no.
Huelva
Abandono y consecuencias
Un nuevo incendio en un solar en zona transitada y cercana al centro pone en evidencia que no se puede tener una ciudad a medio terminar y descuidada