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San Fernando

Derribar la barriada Bazán y volverla a reconstruir... pero un poco más alta

Los vecinos recibirían una vivienda con las mismas dimensiones que la que aportarían.

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Los vecinos estarían de acuerdo porque se solucionarían todos los problemas. El Ayuntamiento también se quitaría de encima la losa que supone el mantenimiento de una barriada con 56 años a sus espadas. Y la empresa encargada de ejecutar la propuesta ganaría su parte, de forma que todos contentos.

La propuesta del Ayuntamiento de San Fernando a la Asociación de Vecinos de la Barriada Bazán es tan drástica como efectiva: demoler toda la barriada y construir una nueva. ¿Cómo se paga eso por un Ayuntamiento que si tiene dinero es porque no gasta y por unos vecinos que en su inmensa mayoría -por no decir todos- son de clase humilde, muchos parados y muchas personas mayores dependientes de una pensión que repartir con sus hijos y nietos?

La respuesta no es un dechado de generosidad y compromiso social inabarcable en estos tiempos. Se trata -o se trataría- de una operación netamente especulativa aunque liderada por una administración pública o por dos, como se verá más adelante.

La barriada Bazán actual, o los vecinos propietarios de las viviendas, aportarían el suelo para reconstruirla, cada uno los metros cuadrados que tienen y que no son los mismos para todos. El Ayuntamiento aportaría un plan especial de urbanismo para aumentar la edificabilidad. La empresa que se interesara por el proyecto, construiría los pisos, pero en vez de dos plantas como actualmente, de cuatro o incluso cinco plantas.

¿Cuáles son los problemas que se presentan? Pues en primer lugar y por encima de cualquier otro, encontrar una empresa que se preste a construir pisos. O mejor dicho y tal y como está el sector, una empresa lo suficientemente solvente para hacerlo, bien porque tenga posibles o porque tenga credibilidad en un banco.

La Empresa del  Suelo Isleño SA (Esisa), posiblemente no cumpliría con los requisitos, dado que no es capaz de sacar adelante las promociones que tiene pendiente y necesita el aval de los propios  compradores de las viviendas que va a construir. Si las construye.

El segundo problema, con visos de solución, es la catalogación de la barriada, que para la Junta de Andalucía es de actuación preferente en el plano social y por su catalogación como histórica. Esas catalogaciones han sido las que le han servido para aspirar a una rehabilitación singular, aunque no la consiguieron, ni van a conseguir la rehabilitación estructural.

Esto es, que la propuesta del Ayuntamiento, en el hipotético caso de que cumpliera con el primer requisito, tendría que contar con el beneplácito de la Junta de Andalucía a la descatalogación de la barriada como histórica y de actuación preferente que tan poco les ha servido a los vecinos para impedir la situación de deterioro estructural de cada vez más viviendas de la barriada.

Solución definitiva
Fernando Pérez Domínguez y José María Santos Bonet, presidente y vicepresidente respectivamente de la AVV Barriada Bazán, aseguran que sería la solución definitiva y que en el barrio no habría oposición por cuanto sería el final de los problemas. Pero de estar de acuerdo a creer que se pudiera hacer, aunque sea más adelante, hay un trecho, sin menoscabo de la esperanza que es lo último que se pierde.

Pérez Domínguez es consciente de que encontrar un constructor que se meta en ese proyecto es hartamente difícil, salvo que desde el Ayuntamiento se haya expuesto algo más que una solución plausible, pero inconcreta y haya algo más serio por detrás de la solución aportada, lo que tampoco cree siendo gato escaldado.

En cuanto a la reclasificación de la barriada por parte de la Junta, considera que tendría que haber un mucho de buena voluntad que al fin y al cabo sería una forma de recompensar al barrio por lo ocurrido, por las muchas promesas electorales incumplidas y por el trabajo desarrollado por la barriada que no ha servido absolutamente para nada.

Hay otra pregunta con respuesta en lo que se refiere a la propuesta del Ayuntamiento, independientemente de que pudiera ser una forma de salir del paso ante los vecinos conscientes los responsables municipales que al día de hoy es inviable y dentro de cien años, todos calvos.

¿Puede un ayuntamiento liderar una operación especulativa de este tipo y tiene capacidad para alojar o hacer alojar a los vecinos en tanto finalizan las obras y recuperan sus viviendas construidas?

La segunda parte -el realojo- es posiblemente lo más complicado, pero la otra parte es perfectamente posible, tanto por parte municipal como autonómica o por las dos a la vez, porque hace unos años posiblemente incluso se hubieran peleado por hacerla realidad cuando la construcción daba sus buenos dividendos, tanto a Esisa como a la Empresa Pública de Suelo de Andalucía (EPSA).

Es más, el Ayuntamiento de San Fernando perdió una oportunidad de oro para haber solucionado otro problema que ha quedado ‘tapado’ cuando los redactores del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) en el Avance del mismo, aconsejaban una actuación pública en  otro de los frontales de la ciudad, toda la zona de la Ronda del Estero.

Los callejones de San Onofre
En este caso, la causa para actuar no era el deterioro de las viviendas hasta el punto de que, como en Barriada Bazán, puede llegar a poner en peligro la integridad física de las personas.

Los motivos para la actuación propuesta en el Avance del PGOU eran tanto de seguridad como de estética. De seguridad porque las viviendas, en muchos casos, están construidas una detrás de otra comunicándose por pasillos por los que no caben servicios de emergencias en caso de siniestro.Los llamados callejones de San Onofre y Buen Pastor.

De estética por ser el frontal sur de la ciudad, escaparate  de  la Ronda del Estero, amén de otros condicionamientos no acordes con las normativas sobre vivienda en vigor entonces y ahora. 

Los redactores del PGOU proponían una actuación tutelada por las administraciones, similar a la que se propone para Bazán, pero sin el matiz especulativo. La otra opción, en segundo lugar, era la de apantallar toda la zona con pisos, además de solucionar los problemas por el incumplimiento de las normativas y los factores de seguridad.

El Ayuntamiento de San Fernando cogió por la vía de en medio, intentando que los vecinos se unieran formando unidades de ejecución y poniendo sus propiedades en manos de empresas constructoras. Pero toda vez que esa propuesta no salió adelante, optó por el apantallamiento actual dejando todos lo demás como estaba. Pero oculto a la vista. Como debajo de una alfombra.

En el caso de la barriada Bazán no es posible el apantallamiento, con lo que el problema cada vez será mayor. Siempre esperando que no deje de ser un problema. Porque también podría llegar a ser una desgracia.

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