El Cajasol volvió a ganar (80-71) y con ello a mantener el sueño de clasificarse para la Copa del Rey cuando faltan dos jornadas para que concluya la primera vuelta de la Liga Endesa, pero a la vez mete en problemas al Obradoiro, que suma la cuarta derrota seguida y entra en la lucha por eludir el descenso.
El equipo sevillano salió con ganas de enmendar desde el inicio la mala imagen que traía del partido de la anterior jornada en Tenerife ante el Iberostar (75-59) y apretó mucho en la defensa, lo que unió a la efectividad en el tiro.
Un 13-2 a los seis minutos demostró que la formación que dirige Aíto García Reneses estaba bastante más enchufada que la de Moncho Fernández, que hasta los siete minutos de juego no logró su segunda canasta (16-5).
Una ventaja de once puntos en el marcador fue el tope para el Cajasol en el primer cuarto, que a su conclusión quedó en siete (19-12) gracias a que el Obradoiro incrementó su intensidad y que también empezó a ver el aro rival.
En el segundo cuarto se repitió la historia del primero, con un equipo local acertado en los lanzamientos de tres y con tres jugadores que llevaron el peso de su juego, el base Tomas Satoransky, el alero Marcus Landry y el pívot Ondrej Balvin.
La formación hispalense llegó a tener una máxima ventaja de dieciocho puntos (37-19) en el meridiano de este cuarto gracias a un parcial de 12-1.
Otra vez reaccionó el equipo compostelano, con el joven pívot Mike Muscala como líder de los suyos, y con un parcial de 0-8 volvió a frenar la progresión de los rivales e incluso bajar de los diez puntos de desventaja (39-31), aunque al descanso ésta se quedó en doce (45-33).
En el tercer cuarto se mantuvo el mismo guión, el Cajasol mandó en su inicio, llegó a tomar una ventaja de quince puntos y fue entonces cuando el adversario reaccionó al apretar en la defensa y propiciar la precipitación del equipo local.
Esas fases de lucidez de los gallegos no dieron más que para dejar la desventaja en torno a los diez puntos (62-49, m.30), lo suficiente para meterse en el último cuarto con opciones de remontar ante un rival al que le costó mantener el ritmo para cerrar el partido.
Pese a ello, los de Aíto mantuvieron su fuerte defensa y su acierto con los triples en momentos claves para no dejarse sorprender y llevar la última fase del partido sin sobresaltos, en una período en el que también se notó en la pista la presencia del capitán Joan Sastre.
Un 72-51 a falta de seis minutos empezó a dejar el partido claro para los locales ante un Rio Natura Monbus que también dio ya el choque por perdido y que lo único que pudo hacer fue que esta derrota no fuera sangrante (80-71).