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Cocinando una nueva vida

La casa Marcos Criado, que la fundación Prolibertas gestiona en Algeciras, no solo da acogida a ex presidiarios, sino que los forma en cocina y servicios en su escuela de hostelería y facilita una salida laboral a personas en riesgo de exclusión social

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  • Escuela de hostelería -

La casa de acogida Marcos Criado, en la barriada de San José Artesano, en Algeciras, lleva varios meses realizando la formación en cocina y servicios en su escuela de hostelería. Se trata de una oferta formativa dirigida principalmente a ex presidiarios, muchos de los cuales residen en dicha casa, aunque es un programa abierto a otros colectivos en riesgo de exclusión social.

La formación recibida, que incluye prácticas tanto en la propia casa de acogida como en establecimientos ajenos a la misma, ha permitido a algunos hallar una salida laboral que ha ayudado a establecer una nueva vida, a reinsertarse por completo en el ámbito social. En definitiva, a salir adelante.

No es una tarea fácil para nadie, pero en este caso, dados los prejuicios sociales se hace incluso más complicado para este colectivo, por lo que la labor de la casa gestionada por la fundación Prolibertas, promovida por la Orden de la Santísima Trinidad, tiene un valor añadido.

Así lo explica la responsable de la casa de acogida Marcos Criado, María Lourdes Rojas: “Todos sabemos la situación económica por la que estamos pasando en España. Esta situación hace que a los afectados por el paso por la prisión les cueste mucho más trabajo salir adelante y llevar una vida normalizada. El paso por nuestra casa de acogida les ayuda”.

La labor de la escuela de hostelería va más allá de la mera formación en cocina y servicios de restauración. El objetivo es también alcanzar a establecer los valores necesarios para poder llevar una vida laboral estable, una formación más amplia, que llegue a influir en la personalidad.

“En la escuela de hostelería no solo se les enseña a cocinar, servir una mesa o un salón, sino que crea en ellos todas las habilidades laborales necesarias. Por ejemplo, la responsabilidad, la puntualidad, las relaciones interpersonales, la posición que debe tener una persona dentro de un ambiente laboral... Es un trabajo muy importante dentro del proceso de ellos”, explica la responsable del centro.

Formación de calidad
El hecho de que la escuela está insertada en una casa de acogida no es excusa para que la formación recibida no esté a la altura de las exigencias del mercado laboral. Lejos de eso, los resultados de los alumnos que han realizado prácticas una vez formados en la casa Marcos Criado han demostrado estar a la altura durante su etapa laboral en establecimientos ajenos a la casa y han encontrado una salida laboral.

Lourdes Rojas explica que “realizan prácticas internas y prácticas externas. Se va evaluando a los alumnos. Es un cambio radical el que tienen. Salen con una disposición laboral grande. Hemos tenido el orgullo de que algunos de nuestros alumnos que van a hacer prácticas en un hotel, la misma persona que está encargada de ellos para ver su funcionamiento nos ha dicho que aún siendo joven el alumno, sabe hacer las cosas mejor que él. O sea, que una persona que está al frente de una sala de un hotel, con un sueldo y su experiencia diga eso de nuestros alumnos es un orgullo para nosotros, por la alta calidad de la formación”.

“Después de las prácticas algunos de ellos han conseguido un contrato laboral. Vemos que es una opción y una oportunidad para Algeciras. Siempre hemos contado con la ayuda de nuestro alcalde y el Ayuntamiento, en general, y por ello en breve los invitaremos para que visiten las instalaciones y puedan palpar el trabajo que allí realizamos”, añade la responsable de la casa de acogida.

Expansión
En la escuela de hostelería ya trabajan con otros colectivos, además de los ex presidiarios, sean o no residentes en la casa Marcos Criado. Pero el objetivo ahora va más allá. Dado el buen funcionamiento que muestra la escuela, la intención es ampliar las tareas de formación y llegar a convertirla en una escuela abierta a muchos más alumnos.

El reverendo Manuel Cánovas, párroco de la Santísima Trinidad, la parroquia de San José Artesano, junto a la cual se encuentra la casa de acogida que gestiona esta orden religiosa, explica que “Con los internos de nuestra casa, que viven allí, hemos visto que como es tan difícil el tema del trabajo, se nos ocurrió formarlos en el ámbito de la hostelería. Desde hace unos meses intentamos darles una formación tanto a nivel de cocina como de servicios. Es una manera de hacer algo más fácil el que puedan encontrar trabajo”.

El párroco añade que “hemos conseguido que hagan prácticas en algunos lugares y sería bueno si hay hoteles y restaurantes interesados que puedan ayudarnos para que hagan las prácticas. Lo ideal sería encontrar una solución a este problema que la sociedad nos plantea a todos”.

Los indicios que apuntan a la buena labor de la escuela de hostelería son numerosos, algo que desde la casa Marcos Criado pretenden aprovechar para expandir su proyecto formativo y hacer de la escuela algo más que un programa de ayuda a la formación laboral de los acogidos en la casa, explica Lourdes Rojas: “Para la sociedad de Algeciras, la escuela de hostelería es un medio muy bueno, porque ayudamos a crear habilidades en las personas. Se les entrega un certificado para ello. Estamos abiertos a otros colectivos y organizaciones. De hecho nos mandan personas de esas organizaciones e incluso de otras ciudades. Creo que Algeciras debe aprovechar esta situación con este curso”.

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