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Sevilla

La madre de los dos bebés hallados congelados en Pilas solicita su libre absolución

La Fiscalía le pide 40 años de cárcel por dos delitos de asesinato

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El abogado de la madre de los dos bebés hallados congelados en noviembre de 2012 en una vivienda del municipio sevillano de Pilas, para quien la Fiscalía de Sevilla ha solicitado 40 años de cárcel por dos delitos de asesinato, ha pedido su libre absolución.

   El abogado de la acusada, Manuel Caballero, ha informado a Europa Press de que fue el pasado viernes cuando presentó su escrito de defensa, en el que interesa la absolución de su patrocinada, que se encuentra interna desde que ocurrieron los hechos en la cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaíra.

   De este modo, y en su escrito de defensa, el letrado niega los hechos que le atribuyen tanto el Ministerio Público como la acusación particular que ejerce el marido de la acusada, quien también pide para ella 40 años de prisión.

   En su escrito, el letrado de Sara L.H. argumenta respecto a uno de los dos bebés congelados que la acusada no recuerda haber estado embarazada del mismo, para lo cual alega un trastorno disociativo que le impide recordar dicho embarazo. En relación al segundo de los bebés, defiende que nació ya muerto.

   Los hechos serán enjuiciados en los próximos meses por un jurado popular, según las fuentes consultadas por Europa Press.

   Hay que recordar que, durante la instrucción, el abogado de la imputada aportó un informe en el que un perito especialista en Medicina Legal concluye que los bebés no presentaban signos de violencia y que no se pueden establecer "el mecanismo, la causa o la fecha" de su muerte.

   Los médicos forenses que practicaron la autopsia a los dos bebés ya ratificaron que ambos nacieron vivos y fallecieron por "asfixia mecánica". Así, concretaron que el primero de los bebés, localizado en un congelador el pasado 9 de noviembre de 2012, murió por asfixia, probablemente por inmersión en agua, es decir, ahogado.

   Y es que, en su declaración, la imputada reconoció que dio a luz en la bañera del domicilio en el que convivía junto a su marido y sus dos hijos menores de edad.

LA DECLARACIÓN JUDICIAL DE LA IMPUTADA

   Respecto al segundo de los bebés, encontrado el 27 de noviembre en un arcón congelador distinto al primero, los forenses confirmaron que también falleció por "asfixia mecánica", aunque en este caso, y debido a su peor estado de conservación, no pudieron determinar el mecanismo de la asfixia y si ésta también fue por inmersión.

   La imputada relató en su declaración judicial que el primero de los partos tuvo lugar el día 24 de junio de 2011, cuando aprovechó que su marido y sus dos hijos habían abandonado la vivienda familiar tras desayunar para dirigirse a la bañera, donde finalmente dio a luz, asegurando que el recién nacido "ni lloraba ni se movía", por lo que creyó que había nacido muerto.

   En este sentido, la imputada explicó que se metió en la bañera "porque sabía que no había tiempo, estaba muy nerviosa y tenía miedo", señalando que el parto se produjo "muy rápido, en muy pocos minutos, a la segunda o tercera contracción", momento en el que abrió el grifo "para evitar que el bebé se golpeara" en la bañera.

METIÓ EL BEBÉ EN UNA BOLSA

   La imputada afirmó que el menor "no estuvo mucho tiempo sumergido" en el agua de la bañera, así como dijo no recordar haberle cortado el cordón umbilical, "aunque sí lo presionó para que no sangrara", añadiendo que a continuación "expulsó la placenta y quitó el agua, permaneciendo sangrando un rato".

   Después, "metió el bebé en una bolsa, la ató y la guardó" en el congelador, ya que "no le parecía bien tirarlo en un contenedor", dijo en su declaración ante el juez instructor, en la que también aseguró que "no quería desprenderse de él ni olvidarlo".

   Respecto al segundo de los bebés hallados congelados, que llevaba más tiempo en el congelador que el primero al ser de un parto anterior, dijo no recordar nada de haber estado embarazada.

   La Fiscalía ha pedido para la acusada 20 años de prisión por cada uno de los dos delitos de asesinato con la agravante de parentesco que le imputa y el pago de una indemnización de 300.000 euros a favor de su marido y de 30.000 euros para cada uno de los dos hijos menores del matrimonio.

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