Lechuga, que dijo sentirse “molesto” por todas las acusaciones, no desmintió los hechos pero tampoco quiso dar demasiadas explicaciones sobre la factura en cuestión. De hecho, y pese a ser preguntado por los periodistas, no quiso revelar los nombres de las dos personas que le acompañaban en esa polémica comida. “Hemos hablado con las dos personas y nos han pedido que no digamos sus nombres. Voy a respetar esa decisión”, apuntó.
El edil popular quitó hierro al asunto asegurando que se trata de una campaña del PSOE contra su persona. “Saben que fui un delegado que trabajé mucho y esto tenían que destruirlo. Ya me habían avisado de que irían a por mí. Como no podían criticar nada de mi gestión, han querido hacerme daño de esta forma, aunque no lo han conseguido”, puntualizó.
Pese a ello, Lechuga mostró su disposición a enterrar el hacha de guerra, aunque sin dejar a un lado cierto tono amenazante hacia el PSOE. “Dejemos este camino. Estamos tocando la parte más fea de la política, pero si quieren seguir por aquí, seguiremos. Si ellos tienen facturas, nosotros las tenemos más gordas”, advirtió el edil, quien aseguró tener en su poder “facturas de comidas del PSOE con más jamón, más marisco y vinos más caros”. Facturas que “de momento”, dijo, no va a sacar a la luz.