El servicio de Urgencias del hospital Juan Ramón Jiménez vuelve a sufrir el colapso que viene repitiéndose cada verano como consecuencia de la escasez de personal y del cierre de unidades. Así lo ha denunciado el sindicato CSIF que ha alertado de esperas de más de 30 horas para que un paciente ingrese en planta y demoras de hasta cinco horas para pasar a consulta. La situación es “de saturación absoluta” según han descrito los responsables de la Central Sindical en el centro hospitalario.
“En la sala de espera hemos llegado a contabilizar 90 personas mientras que en los pasillos de Urgencias había 12 pacientes en sillones y camillas esperando para entrar en consulta”, cuenta Eleuterio Velázquez, delegado sindical de CSIF en el hospital Juan Ramón Jiménez.
La sala de cuidados mínimos, que cuenta con 21 sillones, ha estado completa desde mitad de esta mañana; en este servicio se espera la evolución de los pacientes para darles el alta o derivarlos según los casos. Según explica CSIF, la situación en el Departamento de Observación no es mucho mejor; “las 12 camas están ocupadas y muchos de los enfermos llevan esperando desde ayer para ser ingresados ya que no hay sitio en las plantas”, lamenta Eleuterio Velázquez.
En concreto, desde el sindicato se apunta que hay 3 unidades cerradas y otras 3 plantas fuera de servicio “como consecuencia de los recortes que se repiten cada verano con la excusa de que hay menor demanda de usuarios”. Sin embargo, CSIF asegura que la realidad es bastante diferente como queda demostrado por la saturación del servicio de Urgencias y los problemas para ingresar a los pacientes.
En cuanto al personal, según ha podido saber la Central Sindical, falta un enfermero y un facultativo de urgencia “lo que viene a mermar aún más el número de efectivos disponible que, durante los meses estivales, se reduce considerablemente al cubrir en menos de un 30% las sustituciones del personal que está de permiso”.
Por todo ello, desde CSIF se hace un llamamiento a la Administración para que “dote al centro hospitalario de suficientes medios humanos para garantizar la calidad en la atención al paciente puesto que lo que se pone en riesgo es su salud”. En este tipo de circunstancias, recuerda la Central Sindical, es cuando se registran más agresiones al personal por las largas horas de espera, el tiempo de demora en la realización de pruebas y la falta de información: “los profesionales hacen todo lo que pueden, están al límite, sin descansar para no retrasar aún más las consultas, trabajando más horas de las estipuladas y aun así no dan abasto porque falta personal y hay una importante reducción de la cartera de servicios”.
