Según informó la ONCE, entre los décimos que vendió Tomás estaba la serie del Cuponazo, que fue la 065, dotada con nueve millones de euros; otras cinco series agraciadas con 150.000 euros, que fueron la 060, 064, 068, 115 y 117; y otros 92 cupones premiados sólo con el número, con 35.000 euros cada uno.
Estos casi 13 millones de euros suponen el mayor premio repartido por la ONCE en la región, después de los más de doce millones de euros caídos en Montilla (Córdoba) en el sorteo extraordinario del Día del Padre, en marzo de 2007, y de los más de once millones repartidos en el Cuponazo del pasado 13 de febrero en el barrio de Triana, en Sevilla.
Natural de Chiclana, de 36 años de edad, Tomás Ramírez, es afiliado a la Organización Nacional de Ciegos Españoles desde 1990 por una deficiencia visual ocasionada por un glaucoma. Es vendedor de la ONCE desde 1992 y su mujer, Francisca Macías, es también afiliada y vendedora de esta organización. Los dos supieron que habían repartido el premio nada más conocer el número.
Afectados por la crisis
Nervioso, pero “muy feliz”, Tomás Ramírez cree que ha repartido los cerca de 13 millones de euros entre “una gran mayoría de trabajadores afectados por la crisis en la construcción”. A su juicio, la mayoría de los afortunados son de Chiclana porque su zona de venta está alejada de la zona turística de la localidad. “El 80 por ciento son gente trabajadora y humilde y muy necesitada”, dijo.
En su experiencia laboral como vendedor de la ONCE había repartido “muchas terminaciones de cuatro cifras”, pero nunca un premio mayor. “Es una gran satisfacción ver cómo después de tantos años se ve la recompensa”, apuntó.
Ayer en el barrio no se hablaba de otra cosa. La palabra crisis, que tanto se ha repetido en estos últimos meses, quedó de golpe apartada por otra también de seis letras, pero con unos tintes bien distintos. Suerte. La alegría de los premiados se mezclaba con el lamento de aquellos que estuvieron a punto de adquirir un décimo pero finalmente no lo hicieron. “Compro el número del barrio todos los días, pero el viernes se me olvidó. Qué mala suerte”, señalaba Carmen al pasar por delante del kiosco de Tomás, al tiempo que expresaba su alegría por los numerosos conocidos que habían resultado agraciados. “Casi todos son vecinos del barrio”, comentaba. Uno de ellos es Antonio, al que le han tocado 35.000 euros. “A punto he estado de conseguir 150.000 euros, sólo me ha faltado un número de la serie”.
