Las autoridades australianas indicaron hoy que era peligroso llegar a la zona del este de Ucrania donde se siniestró el vuelo MH17 de Malaysia Airlines hasta que la seguridad no mejore de manera sustancial, informan medios locales.
Andrew Colvin, comisionado adjunto para la Seguridad Nacional de la Policía Federal de Australia, afirmó a "radio ABC" que los intensos enfrentamientos entre partidarios del Gobierno de Kiev y secesionistas prorusos son un riesgo para los investigadores internacionales.
"Basicamente, en los accesos de entrada y salida hay combates a lo largo de las carreteras, incluso en el lugar del accidente, es simplemente demasiado peligroso para nosotros ", apuntó Colvin.
El policía australiano apuntó que la brigada de investigación está dialogando con el Gobierno ucraniano y los rebeldes para acceder a la zona sin comprometer su seguridad.
"Estamos hablando con todos los que tenemos que hablar. Hasta que sea seguro el acceso, mantendremos las distancias", aseguró.
El primer ministro australiano, Tony Abbott, anunció que once miembros desarmados de la Policía Federal de Australia acompañarán al contingente holandés al lugar donde permanecen los restos del avión malasio.
El vuelo MH17 de Malaysia Airlines, que cubría la ruta Amsterdam Kuala Lumpur con 298 pasajeros y tripulantes a bordo, se estrelló en la región de Donetsk, en una zona controlada por los rebeldes prorrusos, alcanzado por un misil el 17 de julio.
Los primeros datos obtenidos de las cajas negras del Boeing 777 de Malaysia Airlines son consistentes con la explosión ocasionada por un misil, tal como revelaron los servicios de inteligencia de Estados Unidos.
Las autoridades estadounidenses han apuntado a la autoría de los rebeldes prorrusos, quienes a su vez culpan al Ejército ucraniano contra el que combaten.
La mayoría de los pasajeros, 193, eran de nacionalidad holandesa, uno de ellos con doble nacionalidad estadounidense.
A bordo también viajaban 43 malasios, incluidos los 15 miembros de la tripulación y dos bebés; 27 australianos; 12 indonesios, incluido un bebé; diez británicos, uno de ellos con doble nacionalidad sudafricana; cuatro alemanes; cuatro belgas; tres filipinos; un canadiense y un neozelandés.