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Diluvio en El Toralín (4-1)

Humillante derrota verdiblanca en Ponferrada merced al acierto del delantero local Yuri y el absoluto desconcierto de la defensa bética

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  • Una debacle en toda regla -

Vergonzoso. El desastre se volvió a vestir de verdiblanco y el Betis salió goleado y humillado de El Toralín ante una excelsa Ponferradina y que encontró en su goleador, Yuri, su mayor baluarte para fusilar a base de goles a un Betis roto y sin alma.

Once titular con novedades en el cuadro bético; pues ante la baja de Álex Martínez en el lateral izquierdo y la no incursión de Francisco Molinero en el derecho, dos de los fichajes veraniegos de esta campaña, Jorge Casado y Cristiano Piccini, sustituían en la alineación inicial a los citados anteriormente. Dejando a un lado la polémica, Antonio Adán defendía una vez más la meta heliopolitana.

La Ponferradina por su parte presentaba un equipo con limitaciones aunque peligroso en la zona ofensiva, con jugadores de calidad como Pablo Infante o Yuri, este último el goleador del conjunto castellano-leonés.

Arrancó el Betis como suele ser habitual queriendo dominar el partido (con evidentes limitaciones) y en busca de la magia que pudiese desprender Rubén Castro en ataque de cara a la meta adversaria.
Pero la ocasión más clara en el minuto 10 de encuentro la gestó Acorán, quien de jugada personal, con la inestimable colaboración de Lorenzo Reyes, enviaba el balón al larguero y fuera.

No obstante, la superioridad verdiblanca era manifiesta y fue en el minuto 27, cuando una combinación colectiva llevada por Piccini desde la frontal bética cruzando medio campo en un rápido contraataque; dejaba el esférico a Cejudo, quien metía la pelota a Rubén Castro y este, recortaba y enviaba un pase decisivo a Molina para que lo rematase en línea de gol.

Los mejores momentos del Betis sobre el terreno de juego, que pudo incluso aumentar la diferencia en el luminoso de El Toralín de tener más suerte el delantero de Alcoy en dos jugadas sucesivas (penalti no pitado inclusive).

Pero la falta de contundencia para sentenciar el partido de los pupilos de Julio Velázquez complicó el choque y la Ponferradina tiró de orgullo y fútbol para crear oportunidades de gol, aprovechando la debilidad defensiva bética.

Pablo Infante en primera instancia de cabeza y más tarde Jesús Berrocal, en boca de gol dentro del área pequeña tras una gran maniobra de toque de los jugadores del equipo leonés; pudieron empatar la contienda durante diez minutos de auténtico asedio.

Ventaja para los visitantes en el descanso y un cambio, el de Bruno González por Jordi Figueras como consecuencia de la tarjeta que había recibido este último.

Un debut en partido oficial que no pudo ser peor, pues un fallo en cadena; primero de Lorenzo Reyes que se resbalaba a causa de la copiosa lluvia que caía en El Toralín y luego en el cuerpo a cuerpo de Bruno con Yuri en la anticipación, desembocaba en el tiro del ariete del cuadro de Ponferrada a bocajarro y tumbado en el césped que se colaba bajo las piernas de Adán.

Un jarro de agua fría nada más empezar la segunda mitad que representaría el inicio de una caída futbolística inexplicable. Por ello llegaba el segundo tanto de la Ponferradina, obra de Acorán, colando el balón en las mallas béticas remontando el encuentro en el minuto 55. Una jugada de tres toques que partió desde un saque de portería. Absolutamente lamentable.

Y el diluvio físico desde el cielo se trasladaría al campo, pues el desaguisado del cuadro verdiblanco conllevaría el tercer gol local, autoría nuevamente de Yuri, quien sólo ante Adán fusilaba con la zurda al portería bética.

No estaba aún todo dicho. Y es que el héroe de la mañana, Yuri, ponía boca abajo a la afición congregada con un golazo de tacón a pase de Acorán. 4-1 ganaba la Ponferradina y corto se quedó el resultado.

Planificación, futbolistas y entrenador, alcanzaron la indignidad que provocó el descenso a Segunda División.

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