La Universidad de Granada ha iniciado las labores para cuantificar los daños provocados en la biblioteca de la Facultad de Derecho tras los dos incendios que se registraron la semana pasada, los cuales no afectaron a los fondos más valiosos de la institución y, según los datos que baraja la Policía Científica, no fueron intencionados.
El rector de la UGR, Francisco González Lodeiro, ha explicado a los periodistas que la dirección de la biblioteca ha comenzado el recuento de las obras afectadas por las llamas, si bien ya ha avanzado que las más importantes "se han salvado", ya que fueron trasladadas hace meses con motivo de las obras de rehabilitación que se estaban desarrollando en la sala.
Lodeiro ha destacado que este tipo de accidentes son escasos en la Universidad de Granada y ha hecho hincapié en que la repercusión del incendio fue menor de lo que se podía esperar, dado que la sala de lectura estaba vacía de personas, "pues ya no se usaba" con este fin, y el techo se encontraba levantado por las obras.
De lo contrario, se podía haber producido un "recalentamiento" importante de la estancia, con el "peligro" de que la cubierta se hubiera caído sobre el forjado penetrando en otros espacios, ha relatado.
La sala afectada ya no será la biblioteca de la Facultad de Derecho en un futuro, dado que esta instalación se traslada a la calle Duquesa, donde está prácticamente finalizada.
Los datos que baraja hasta el momento la Policía Científica apuntan a que los incendios no fueron intencionados, ya que no hay "ningún elemento" que haga pensarlo, según han explicado a Europa Press fuentes del Cuerpo Nacional de Policía.
La todavía biblioteca de la Facultad de Derecho es una de las de mayor valor patrimonial del país, al situarse en un edificio protegido del siglo XVI, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y acoger importantes volúmenes, algunos de ellos irreemplazables y que afortunadamente "se han salvado" de las llamas.
