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Sevilla

La juez imputa a otras dos personas por la muerte de la familia intoxicada en Alcalá

Ya hay cuatro personas imputadas en la causa

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La juez de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) ha imputado a otras dos personas por el reciclaje de tapones de plaguicida que provocó la muerte el pasado 14 de diciembre de 2013 de tres miembros de una familia de Alcalá tras una intoxicación inhalatoria con fosfina, con lo que ya hay cuatro personas imputadas en la causa, han confirmado a Europa Press fuentes del caso.

   Hasta el momento, cabe recordarlo, la juez había imputado al encargado de la chatarrería Reciclados Nivel, Pedro Antonio G.C., y a la encargada de la empresa de gestión de residuos peligrosos, María Rosa S.M., mientras que ambas empresas también habían sido imputadas como personas jurídicas.

   La juez les atribuye un presunto delito contra el medio ambiente en concurso con tres delitos de homicidio imprudente por no reciclar de manera adecuada unos botes de plaguicida que en diciembre pasado causaron la muerte al matrimonio compuesto por Enrique Caño, de 61 años de edad, y Concepción Bautista, de 50 años, y una hija de 14 años.

   Pues bien, las fuentes consultadas han precisado que la juez ha dictado una resolución en la que imputa a un trabajador de la empresa de gestión de residuos mencionada y a un socio de la chatarrería, tal y como ha adelantado en su edición de este lunes 'El Correo de Andalucía'.

   La juez ha citado a declarar el próximo día 24 de septiembre tanto a los dos nuevos imputados como a María Rosa S.M., cuya declaración, prevista para el pasado mes de julio, fue suspendida debido a que su defensa había recurrido su imputación en el caso. Ese mismo día, la juez ha citado a declarar a tres testigos.

   El único imputado que ha comparecido hasta el momento ante la juez --el pasado 21 de julio-- ha sido el responsable de la chatarrería, Pedro Antonio G.C., quien en su declaración aseguró que desconocía que la partida de 1.000 kilogramos de botes de fosfuro de aluminio que le llegó procedente supuestamente de la empresa de gestión de residuos estuviera contaminada, pues "no sabía que tuviera elementos tóxicos y pensaba que los envases eran de aluminio".

   En la causa se han personado como acusación particular tanto la hija de 13 años del matrimonio fallecido que sobrevivió como sus tíos.

   La investigación trata de aclarar si los botes de fosfuro de aluminio fueron vendidos con sus respectivos tapones a la chatarrería y cómo llegaron dichos tapones a la vivienda de la familia de Alcalá de Guadaíra, barajándose como hipótesis que esta empresa pudiera haber pagado con tapones al cabeza de familia, Enrique Caño, a cambio de chatarra. Los tapones, finalmente, aparecieron en el cuarto de baño de la familia fallecida.

EL INFORME DEL INSTITUTO NACIONAL DE TOXICOLOGÍA

   El Instituto Nacional de Toxicología ya confirmó que los tres integrantes de la familia murieron a causa de una intoxicación inhalatoria con fosfina. La fosfina es un gas "extremadamente tóxico y letal" que actúa como veneno respiratorio y se genera por el contacto con la humedad del aire o agua de algunos plaguicidas elaborados con fósforo, según concluyó en su estudio el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Sevilla.

   A pesar de que las primeras hipótesis planteadas apuntaban a una supuesta ingesta de alimentos en mal estado, los primeros estudios microbiológicos y de toxinas realizadas por Toxicología ya descartaban estas suposiciones, apuntando hacia la posibilidad de que la intoxicación se hubiera producido por la acción de un compuesto químico de elevada toxicidad.

   Así, el análisis de las muestras biológicas y el estudio de los tejidos de los órganos de los fallecidos mostraban, además, compatibilidad con la intoxicación por este gas, que se absorbe fácil y rápidamente por los pulmones y a través del tracto intestinal hacia el flujo sanguíneo, todo ello pese a que, por sus características, no se detecta en la orina o la sangre y a veces manifiesta valores normales en los marcadores de fósforo y aluminio.

   De este modo, y en el curso de la investigación, se encontraron unos tapones en el cuarto de baño de la vivienda que presentaban fósforo y aluminio en los restos de polvo que aún contenían, tras lo que los análisis en el laboratorio corroboraron la existencia de fosfina mediante tratamiento de los restos de polvo.
 

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