El pasado viernes asistimos a un debate organizado por el medio de comunicación 11500 en el que acudimos las ocho formaciones que concurriremos a las próximas elecciones municipales. Minutos antes, tuve la oportunidad de saludar al que fuera nuestro anterior alcalde.
El encuentro fue cordial en el terreno personal como no puede ser de otra forma entre personas respetuosas. Enrique Moresco me preguntó cómo me había metido en el proyecto Queremos, del cual soy uno de sus promotores, cuando había dimitido a los diez meses, y según su percepción había sido un cobarde y un mal político.
Le repliqué que después de mi, le dimitieron David Páez, Beatriz Fuentes, Diego Muñoz y como ya tenía que entrar a preparar el debate, no pude preguntarle cuales fueron sus motivos para presentar su dimisión. Al día siguiente, esta breve conversación me hizo reflexionar, sobre si realmente había sido un cobarde y un mal político.
Quiero recordarles que en el año 2007 concurrí a las elecciones municipales, en las listas del Partido Popular como concejal independiente y pedí que se me respetaran, mi condición de independiente, y que me dejaran trabajar para El Puerto.
La primera condición se respetó, y la segunda, cumplí con mi obligación, hasta que la forma de hacer política que tanta desafección ciudadana ha generado, me lo impidió. Quiero aprovechar este articulo para desmentir una vez más, que no somos una “marca blanca” del Partido Popular. Nuestra intención es tener la representación municipal necesaria que nos posibilite gobernar El Puerto.
Pero si la aritmética electoral no nos lo permitiera, estaríamos dispuestos escuchar, para procurar la gobernabilidad de nuestra ciudad, a cualquier formación que respetara los tres pilares básicos para Queremos: El Puerto, Gestión eficaz y eficiente de los recursos públicos con el objetivo de conseguir el bienestar del portuense y la Autonomía para que el destino de El Puerto lo diseñe el portuense y no políticos ajenos a nuestra ciudad.
Nunca pensé que hubiese sido un cobarde porque desde dentro intente luchar contra un sistema infinitamente más poderoso que yo, y que está diseñado para eliminar a personas que no se integren en su modelo endogámico, pero lamentablemente, no pude. La política no me dejó trabajar más y opté por el camino más digno, la dimisión.
Sin embargo, lo de ser “mal político” para mí es un halago en las circunstancias actuales. Observaran que en Queremos no usamos en nuestro lenguaje la palabra “política”. La única herramienta que tiene sentido en el ámbito municipal, es la gestión y por eso, somos un proyecto de gestión, por mucho que nuestros políticos no lo entiendan.
Queremos es un proyecto integrado por ciudadanos como usted, que hemos aceptado el reto de trabajar por y para nuestra ciudad, y que para logar ese objetivo común que todos queremos, hemos solicitado la colaboración de todos los portuenses para conseguirlo.
Empezaba este articulo hablando de mi deuda con El Puerto, y es cierto, me siento con el compromiso de devolverla, trabajando para mi ciudad durante tres años y 2 meses, con diez meses de intereses, los mismos que duró mi “experiencia política” en 2007.
Espero que los portuenses otorguen su confianza a Queremos, del cual soy uno de sus promotores, con el objetivo de recuperar un Puerto que sufre una profunda pérdida de identidad, no solo como ciudad, sino como referente a nivel provincial y nacional, y en mi ámbito personal, me posibilite saldar la deuda que mantengo con mi ciudad.