¿Cómo era la vida de nuestros antepasados antes del habla y a partir del lenguaje hablado? ¿Qué órganos permiten que los humanos hablen? ¿Qué relación hay entre lenguaje y uso del fuego?... a estas uy a otras muchas cuestiones parecidas encontrará respuesta el visitante de la más que recomendable exposición ‘Érase una vez... ¡El habla!’, muestra que fue presentada en la mañana de este miércoles a manos de la la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, la directora comercial de CaixaBank en Cádiz, Huelva y Ceuta, Yolanda Vera, y la directora de Acción Cultural y Comunicación de la Fundación Cajasol, Pilar Lacasta.
La muestra, organizada por la Obra Social ‘La Caixa’ y la Fundación Cajasol en el marco de la obra social conjunta que ambas entidades impulsan para desarrollar proyectos sociales y culturales que contribuyan a mejora la calidad de vida de los andaluces, podrá visitarse desde este pasado 29 de abril hasta el próximo 5 de junio en la carpa instalada en la Plaza de San Antonio, de lunes a viernes de 12.30 horas a 14.00 horas y de 17.00 horas a 21.00 horas, mientras que sábados, domingos y festivos se podrá visitar de 11.00 horas a 14.00 horas y de 17.00 horas a 21.00 horas. La entrada es gratuita y también se pone a disposición del interesado visitas guiadas.
La exposición permite efectuar un recorrido por diversos canales utilizados en la comunicación celular y animal, y continúa con la indagación por el origen del habla y expone la relación directa entre habla y diversas manifestaciones del comportamiento simbólico, para terminar con una reflexión sobre el lenguaje en su origen, su diversidad y su evolución.
Una escenografía realista muestra a un grupo de Australopithecus afarensis, a los que su estructura social, su desconocimiento del fuego y su falta de capacidad para el habla les hace vulnerables al lado de una familia de neandertales que, reunidos en una conversación en torno del fuego, "dejan patente su cohesión social y su seguridad".
Además, los visitantes podrán hablar, a través de un simulador, como seguramente lo hacían los neandertales, con una distorsión de las vocales a, i y u.
En la exposición el visitante se ve inmerso en un continuo caudal de estímulos visuales y sonoros, y comprueba la pluralidad de personajes y lenguas, que deja constancia de la diversidad lingüística y cultural.