El Juzgado de lo Penal número 2 de Almería ha condenado a siete años de prisión y a seis años y ocho meses a dos jóvenes de 22 y 21 años identificados como J.M.B.A. y E.L.L., respectivamente, por un delito de robo con violencia y otro lesiones después de que, junto con dos menores de edad, atracaran a un hombre en un descampado de Retamar, le propinaran una paliza y se hicieran con su tarjeta de crédito con el fin de conseguir más efectivo, sentido en el que obligaron a la víctima a desvelar la clave.
El fallo, consultado por Europa Press, condena también a los acusados al pago de 184,5 euros por los objetos sustraídos así como al abono de una indemnización por las lesiones sufridas, si bien no se fija una cuantía a la espera de que la víctima, que fue agredida a principios de septiembre de 2014, se pueda recuperar de los daños sufridos.
La sentencia declara probada que los acusados, junto con dos menores que también han sido condenados, condujeron a su víctima hasta un descampado "por el que no transitaba nadie y con escasa iluminación" después de abordarla cuando transitaba por una de las calles de la urbanización de Retamar. Una vez allí, le exigieron que le diera los objetos que portaba, de forma que al negarse, le propinaron una paliza hasta que se hicieron con su cartera y el teléfono móvil.
Así las cosas, los agresores instaron a su víctima a que les dijera el número PIN de la tarjeta, a lo que accedió tras recibir numerosos golpes, si bien les dio un número erróneo. Al darse cuenta en el cajero que el número era falso, la víctima, que seguía retenida, fue amenazada con una navaja por uno de los acusados. No obstante, no pudieron extraer el dinero puesto que el cajero que quedó con la tarjeta.
La víctima, que se mantenía pendiente de cirugía traumatológica en el momento del juicio, sufrió varias policontusiones, contusiones en un hombro, nariz y una fractura de menisco y ligamento cruzado en una de sus piernas.
El juez estima las agravantes de abuso de las circunstancias de lugar y tiempo por el lugar al que fue desplazada la víctima, de forma que también tiene en cuenta los antecedentes que pesan sobre E.L.L. por una condena anterior de similares características. Asimismo, no tiene en cuenta la atenuante de drogadicción ni de confesión a J.M.B.A. al entender que no actuó como consecuencia de su "grave adicción" ni que su confesión fue "voluntaria", ya que lo hizo tras su detención.
